Salpico el principio
de todas tus noches,
con luciérnagas que tocan jazz
más allá de las doce,
y en la media luna,
junto a los sueños que acunan
los niños dormidos de Katmandú.
Lo que ofrezco no es mucho,
apenas unas luces
que sobrevuelan, en silencio,
el aire de esas líneas
que se curvan con la forma
exacta de tu nombre,
y los modos de tu cuerpo.
Así reinas en la cercanía
de la república de las distancias,
agasajada por mi pensamiento
que te viste con seda de arena,
y que te desnuda como se desnuda
el agua cuando sólo quiere ser mar.
Te deletreo como a la palabra única
que quiero aprender a escribir,
te reivindico, me reivindico,
y te reclamo desde la ventanilla
cerrada de un billete de estación,
y te digo, y te cuento,
y también escucho, a veces,
con ojos de contrabando,
las historias del mundo que calla tu voz.
"Luciérnagas tocando jazz"
© El País de los Tejados. chus alonso díaz-toledo.
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Salud y fuerza
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Increible el ritmo, parece que haces los versos tan fáciles, como si fuese sencillo escribir bien.
ResponderEliminarTodo un disfrute.
Expresiones
Piedra
Dios mío, qué belleza...
ResponderEliminarMe estremeces, Gato.
Hay un momento del poema que por sus metáforas me ha calado:
"...y que te desnuda como se desnuda
el agua cuando sólo quiere ser mar."
Es cierto que la poesía es poesía por el ritmo, por la gracilidad, por la delicadeza, por las metáforas -y mucho más-.
Este poema lo evidencia.
(Me gusta mucho este tono que traes últimamente, mucho).
Te mando unos besos con trayectoria
Muchas gracias, Miguel, aunque creo que tus palabras sobre mis letras son excesivamente amables, me alegra que las veas así, y más, si tenemos en cuenta las que regalas tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Enfero, has elegido mis dos renglones cortos favoritos del "historiema". Te digo lo mismo que a Miguel, me gusta que mis letras gusten a los que tienen letras que me gustan, y las tuyas son un lugar inquieto que recorro gustosamente con mis ojos.
Besos en parábola
-chus-