Sin saber,
la tarde se vuelve noche
tan despacio
como el aire brisa,
la luz estrella.
Pierden el perfil las encinas.
Respira fatigada la lechuza,
y repite sin descanso
su nombre el búho,
haciendo eco en la montaña.
Dos luceros brillan a ras de suelo:
el gato busca compañía.
Ladra el perro sin motivo aparente,
¿Será a la ronda del raposo,
o al paso rápido del jabato?
El cielo se cubre de estrellas.
Luce casi blanco
el “Camino de Santiago”,
recordando a los romeros
que pueden continuar la ruta.
El silencio se hace grande,
la noche viene tranquila.
Descansan los cuerpos
se serena el espíritu.
Llega la noche a Pacanda.
Texto y fotografía de Piedra
Piedra, no te conozco pero te imagino candoroso y tierno a rabiar. Se te cae de los dedos el cariño y el cuidado. Aprecio muchísimo tu trabajo tanto visual como literario y aprecio tu presencia y tu constante esfuerzo por estar ahí.
ResponderEliminarEres...
Menos mal que alguien pone contrapunto al sulfuroso vecino del bajo. Por cierto, no llames romeros a los del Camino de Santiago (aunque lo sean) se pueden sentir muy ofendidos. ;-P
ResponderEliminarPrecioso, calmado, viajero, un universo entero que se forma al paso de tus versos. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo
-chus-
Ojalá yo pudiera encontrar esa paz y armonía que desprendes, al menos en tus escritos, Piedra.
ResponderEliminarhermoso.
un abrazo.
Gracias a todos, ya sabeis lo que engorda el que hablen bien de uno.
ResponderEliminarA mi querido Jimul, un salido muy especial, sabe que es todo un honor el compartir casa con los amigos infernales.
Expresiones
Piedra