¿Cuánto amor debe dar?
¿Cuánto dolor debe caber en un cuerpo maternal?
¿Qué cantidad de lágrimas debe derramar una madre?
¿Qué es una madre cuando se ha quedado sin su amor más querido?
Miles de preguntas como estas y otras muy parecidas golpean una y otra vez en ese cerebro "racional", como una olla de grillos enloquecidos. Un corazón empequeñecido por la pena, a su mínima expresión, golpea débilmente la sangre perezosa que parece más lenta de lo normal. Esa angustia de pensar en el condicional Si... la martillea constantemente como una idea constante y obsesiva de no haber hecho lo suficiente. De no haber dado ese beso, el abrazo olvidado por esa rutina impertinente que impone sus vulgaridades cotidianas. Sin embargo, sólo son espejismos. Todo lo que pudo hacer lo hizo. Todo aquello que estuvo en sus manos lo dio. Vivió la vida de su hija, sacrificando la suya. Ahora, debe, NECESITA, vivir Mabel, así lo hubiese querido Mercedes. Por lo tanto, desde el Infierno de la ausencia, ruego que haga uso de este Andurrial Infernal por que es el legado que dejó Mercedes para encontrarnos, contarnos y vivirnos.
Ánimo Mabel, estamos contigo.
¿Mabel es la madre de nuestra querida Nofret?
ResponderEliminarDesde aquí le envío muchísimos besos, y decirle que su hija, ese pedazo de cielo, era única, era genial, era una niña que nos daba tantos ánimos y tantas risas... era maravillosa,era nuestra amiga.
La queríamos mucho.
Un abrazo Mabel
Jimul, muy hermoso tu escrito. :)
Quisiera compartir con todas las amigas y madres de este lugar este enlace de un Piel Roja, que agazapado en el rincón del Andurrial, entre la maleza, nos observa divertido y atento todos nuestros movimientos (como no podía ser menos. Este Piel Roja se transforma en Félix Fradejas algunas veces, o viceversa, que uno ya no sabe bien qué fue antes.
ResponderEliminarhttp://www.goear.com/listen/2ed425d/piel-roja-22-