Cuando lo miró a los ojos recordó que alguna vez juraron ser siempre sinceros, sin embargo no se acuerda en qué momento empezaron a acumularse entre ellos los silencios, las historias a medias o con finales diferentes, agazapadas entre frases como: lo hago por su bien, si se lo cuento no lo va a entender, o es demasiado largo y no tenemos tiempo, los niños, el trabajo, las visitas que llegan de improviso.
Ahora ya no puede ver sus ojos, una muralla de mentiras los ha separado y ya no vale la pena derribarla.
Cuando lo miró a los ojos recordó que alguna vez juraron ser siempre sinceros, sin embargo no se acuerda en qué momento empezaron a acumularse entre ellos los silencios, las historias a medias o con finales diferentes, agazapadas entre frases como: lo hago por su bien, si se lo cuento no lo va a entender, o es demasiado largo y no tenemos tiempo, los niños, el trabajo, las visitas que llegan de improviso.
Ahora ya no puede ver sus ojos, una muralla de mentiras los ha separado y ya no vale la pena derribarla.
Muy bueno y muy real, casi siempre
ResponderEliminaringenuamente se perjura por no intuir
la realidad futura.
Besos.
Ay Gladys, cuántas parejas repiten el mismo guión, verdad...
ResponderEliminarMabel, a veces nos dejamos llevar por las circunstancias y terminamos mintiendo casi que sin darnos cuenta. Triste pero tan real.
ResponderEliminarHola Sisebuta, feliz año.!!!!
ResponderEliminarLas mentiras cuando nos atrapan, no nos sueltan...
Cierto, a cuántas parejas, a cuántas, les ocurre esto, muy real, Gladys.
ResponderEliminarda pena pero sí, real y cotidiano.
feliz año, chicuelas y chicuelos...