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Salud y fuerza

lunes, 2 de julio de 2012

El bucio


En aquel pueblo, desde tiempos tan distantes que ni los más viejos recordaban, se soplaba una caracola cuando alguna mujer había sido infiel a su marido; algunos jóvenes pícaros se reunían en la noche y fracturaban el silencio con lamentos de bucio revelando así a la aldea entera que había una traidora.
Maribel escuchó el retumbo estando ya a punto de acostarse junto a Julio, su marido. Éste se alzó, apoyando los codos en la cama al oír el sonido, y sonrió  preguntando que quién sería el desafortunado cornudo.
Maribel no dijo nada, en un mar de dudas, se preguntó si Antonio, su amante, estaría ya dormido y si lo despertaría el sonido de la acusación que vociferaba sus amores prohibidos.
Aunque… acaso esa caracola no silbaba por ella. Tal vez la gente ya se había enterado de las infidelidades de Dolores o de Milagros o de los amores ilícitos de Rosa... o de los de Julia o quizá de Ana, incluso podría ser por Jacinta o su prima Carmen.

4 comentarios:

  1. Sabes que yo usé una caracola como esa para comunicarme a distancia en la sierra de Nerja? No era para avisar de amorios. En aquella época, se saltaba la ventana sin publicidad ni alevosía, el consentimiento era mutuo.

    Besos
    Piedra

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  2. ¿De verdad que soplaste un bucio? :)


    Las parejas, por supuesto, con consentimiento mutuo, entre ellos dos, (entre los amantes) sólo que ella solía estar casada, y los muchachos del pueblo, cuando lo sabían o se oía rumores de ello, se reunían por la noche y desde algún sitio alto, tocaban el bucio -era como decir- !Eh, que oiga todo el pueblo que hay una mujer que está poniendo los cuernos a su marido!

    El bucio (caracola) se tocaba para, digamos, enterar a todo el pueblo de que había una mujer infiel.

    besos

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  3. Espumosa, me gustó tu texto, especialmente
    porque soy feminista y nombras muchas mujeres
    infieles, me queda la misma duda que a Gladys
    ¿es verdad?. Seguro que si el infiel era un
    hombre no sonaba la caracola.
    Besos.

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