Participo en una encuesta. Me entregan una hoja en blanco, debo responder y caminar al mismo tiempo. Tengo prisa. Empiezo a andar por un pasillo blanco, angosto e interminable. A lado y lado unos funcionarios se encuentran sentados, muy concentrados en jugar al solitario.
Yo camino despacio para no pisar a la gente que me precede disciplinadamente, gente que se detiene ante las mesas para entregar sus formularios con la esperanza de que sus respuestas tengan resultados positivos y ventajosos para ellos.
Me toca a mi. Llego ante la funcionaria y la oigo quejarse de la falta de personal. En ese momento sé que mis respuestas irán a pasar a la cesta rebosante que tiene a sus pies.
Quien quiera participar activamente y subir textos o abrir foros de debate, no tiene más que escribir un comentario en el foro con su correo electrónico y se le darán privilegios para postear.
Salud y fuerza
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je,la vida es asi. Buen relato.
ResponderEliminarJ.L.V.
Yo tengo más preguntas que respuestas que ofrecer.
ResponderEliminarpoeta@adinet.com.uy
Este sueño se parece más a la vida real que a un sueño, Gladys. La mayoría de las cosas que hacemos van a parar a la basura.
ResponderEliminarUn placer leerte.