Su vida tenía que ser rutinariamente curiosa. La familia que la vio nacer era extrañamente normal. El afán de conocimiento, solamente era superado por su extraordinaria paciencia. Su hambre de saber le acarreaba leves ataques de ansiedad. Y sin embargo el tiempo le deparará sorpresas agradables, aunque esté empeñada en una fatalidad eterna.
La gran serenidad y su enorme sencillez se encargarán de llevarla por el camino de la Felicidad humana, es el premio a la discreta personalidad desarrollada a lo largo de su existencia.
Jimulete, me encanta.
ResponderEliminar¿Sabes por qué?
Porque un montón más grande de lo que te crees de mujeres occidentales se van a ver reflejadas en la protagonista de tu mini.
Y eso es universalidad.
Dejo de comentar ya porque si no superaré la longitud de tu relato jajajajaa
Un besote
Un texto con un toque realmente encantador.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias a las dos por vuestros comentarios. Y si es así, Enferilla, me alegro mucho.
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