Su estabilidad personal crecía y se hacía más robusta, al tiempo que el Imperio en el que vivía se derrumbaba sin posibilidad alguna de solución. Pero algo le preocupaba, y no era su estado económico actual, bastante deplorable dicho sea de paso, era la
sensación más que inconsciente de un cambio salvaje en la libertad del individuo.
Un oscuro y tortuoso frente comenzaba a cercar una sociedad ingenuamente despilfarradora y voraz. La gente, enloquecida por las consecuencias comenzaba a huir en manada, alocadamente hacia el barranco de su antiguo egoísmo, provocando un desastre de proporciones aún desconocidas y poco intuídas.
Allí estaba él, observándolo, mirándolo todo y con la imaginación cargada, lista para matar a la realidad en su propio terreno.
Quien quiera participar activamente y subir textos o abrir foros de debate, no tiene más que escribir un comentario en el foro con su correo electrónico y se le darán privilegios para postear.
Salud y fuerza
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Terca es la realidad que hace huir a la gente despavorida, buscando un salvador en el mismo lugar donde se provocó la espantada.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
Y lo peor es que la experiencia parece no servir de nada.
ResponderEliminar