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Salud y fuerza

lunes, 4 de junio de 2012

Convalecencia


             Hoy le dieron el alta. Sí, su medico vino esta mañana, la miró a los ojos, tocó sus manos, acercó su oreja a su pecho, palpó con sus suaves, pero frios dedos su estómago y sonrió. Le miró a la cara y ella escuchó las palabras temidas y anheladas. Puede irse.
             Era eso lo que quería de hace tiempo. Deseaba abandonar esa postración, dejar esa cama húmeda y solitaria, esa habitación donde solo se escuchaban los zumbidos de los mosquitos, ese techo tan vacío y plano. ¿Cuántas noches soñando con todo lo que haría en cuanto fuera libre? una sonrisa asomó a su rostro. Ahora si.
             Su cuerpo liviano se puso en marcha, sus pies tambaleantes atravesaron la puerta y se encontraron en medio de la calle. Todo a su alrededor era nuevo, el mundo estaba por estrenar y era suyo.
             Algo en su cabeza, sin embargo le recomendaba prudencia, pero algo en su pecho, le decía que se dejara de prudencias, que eso no la llevaría a ninguna parte, que si quería sentir de verdad, debería….
             Se sentó en un café, empezó a saborear su gusto amargo, levantó los ojos a través del vapor de su taza para encontrarse con su rostro reflejado en un espejo. Se gustó.
             Le gustó esa piel, esos ojos brillantes, y el tono rosa de sus mejillas, pero ¿Quién era ese que sus pupilas tenían grabado?
             Ahí había una sonrisa, unas manos grandes, unos brazos recios, y en alguna parte se escuchaba el sonido de su risa.
             Tantos meses de convalecencia y aún no había podido exorsizarlo de su vida.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado, Gladys, hay veces que los tiempos se tatúan en la piel de los propios recuerdos.
    Un beso.

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  2. Si y no hay laser que los borre. Qué gusto verte por aquí gato!!!!!

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  3. Si, es difícil olvidar los amores olvidados. Siempre un deleite.
    Abrazos
    Piedra

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  4. Qué bueno Gladys, leyéndote me acordé de un relatito
    que yo tenía guardado y ya lo puse arriba, no sé la razón pero me lo recordó.

    ¿será por eso de los olvidos? véase entonces que también los olvidos taren los recuerdos... :)

    besos a los tres guapetones!

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