—El ladrón—
Sentado pacientemente con una pierna encima de la otra se pasaba horas interminables; de esa manera Toro Sentado se apoderó de los más inestimables y preciosos secretos del silencio, desde entonces el silencio ya no tiene secretos, sólo se necesita aprender a escuchar.
Sentado pacientemente con una pierna encima de la otra se pasaba horas interminables; de esa manera Toro Sentado se apoderó de los más inestimables y preciosos secretos del silencio, desde entonces el silencio ya no tiene secretos, sólo se necesita aprender a escuchar.
—Triste silencio—
Poco tiempo después del intensísimo bombardeo la ciudad quedó en una completa y lúgubre quietud; pocas veces a lo largo de la historia el silencio se había expresado con tanto dolor. La gente que estuvo allí declaró después que el silencio sollozaba amargamente.
Espumillllllllaaaa me sorprendes con esta historia y me pones a pensar en la de ladrones que debe haber por ahí, despojándonos de la risa, el amor, la alegría...
ResponderEliminarMuy triste.
Gladys, son sólo dos minis, pequeñísimas pero que las tenía guardadas y las hallé pro casualidad, me dio por ponerlas aquí.
ResponderEliminarun abrazo
Una delicia aprender a oir el silencio.
ResponderEliminarSe agradece la frescura de tus minis.
Expresiones
Piedra
A mí me complace el silencio, es como sentirse lleno de paz y armonía... será que donde trabajo sólo hay ruidos y más ruidos, que me vuelven loca, cuando "oigo" el silencio me lleno de serenidad.
ResponderEliminarbesos