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Salud y fuerza
Felicidad
Contrariamente
a lo que le sucede todos los días, hoy a Gabriel le parece que el mundo se ha creado
exclusivamente para él. La luz le sacudió las sábanas dulcemente, el olor de
sus plantas perfumó su desayuno ante la mesa. Confiado, esta mañana sus rutinas
le resultan agradables, incluso excitantes, el agua sobre su piel es una caricia,
la limpieza de dientes, tan prosaica y mecánica tiene un sabor especial, su
vida, sin grandes hazañas es hoy una muy buena manera de vivir.
Sale a la calle y la armonía continua, los árboles, el
sol, incluso un policía de cara cuadrada le comenta sobre el tiempo y la imagen
de lo que él representa, no es tan mala como la de otros días.
Se siente tan bien, que se decide a evocar a su amor
malogrado, una parte de su conciencia le avisa que no hay nada que hacer - ella
no quiere verlo, ni siquiera piensa en él un segundo de sus días - pero a
Gabriel no le importa, por lo menos hoy no, así que imagina su cara, sus ojos,
la curva de su nariz, los cabellos… siente su olor y en ese olor descubre, con
un poquito de ansiedad, que es asombroso sentir esas cosas, es incluso de vergüenza saber que el amor que
compartimos hace que descubramos todos los recovecos uno del otro y quizás no
sea tan bueno conocerse de esa manera.
Habría que dejar alguna línea oculta, algún tono de voz,
un quejido, un centímetro de piel para más adelante, algún capítulo del pasado
para cuando los cuerpos exhaustos pidan algo más, pero hoy no. Hoy está en
comunión con el mundo y con su amor.
Con esa sonrisa de satisfacción enfrenta el resto de su
día, el trabajo con los compañeros puede calificarse con notable, el café de
máquina que tanto odia, hoy tiene un sabor especial, incluso le recuerda el
olor de su infancia.
Al caer la noche sus compañeros lo invitan a una cerveza,
algunos hacen bromas sobre el excelente humor de Gabriel hoy precisamente y con
la iluminación tenue del bar, con el olor a cerveza y a cigarros, a perfumes
personales que desvelan intimidades - la secretaria de su jefe tiene una nariz
preciosa y sonríe espontánea mostrando unos dientes imperfectos pero lindos -
¿Por qué nunca la vio? Y Luis, el que jode tanto con la entrega a tiempo de
recibos para poder cuadrar sus libros, tiene chispa, es inteligente y sobre
todo, tiene la frase oportuna para cada sección del diálogo. ¡Joder! si estoy
rodeado de personas maravillosas, piensa Gabriel mientras su lengua juega con
la espuma de la cerveza.
Unos jóvenes suben al escenario, le recuerdan a un grupo
de su juventud, su cabeza trabaja a mil por segundo tratando de rescatar las
letras de esas melodías, algo como "sin aire", o "estoy tan
solo" pero las letras no se sostienen en su inteligencia, rebotan o se
transforman y su lengua se enreda en un tralara que pretende acomodarse al
ritmo de la canción, sin embargo, aunque su intelecto se niegue a cumplir su
misión, su sensibilidad, su piel si que está pronta, los vellos de la piel se
le erizan y su ser vaga sobre las letras de esas canciones que significaron
tanto en su vida.
Al final, el cantante saluda a su público, presenta a sus
músicos y habla del homenaje de esta noche a X y X es el cantante preferido de
Gabriel. La felicidad es absoluta, por un día así vale la pena vivir…
Las letras se adueñan de su cerebro, la garganta
reproduce los sonidos de su alocada juventud llena de excesos y conciertos. Ha
sido lindo vivir como ha vivido, ha sido maravilloso correr detrás de sus
cantantes favoritos, ahorrar hasta pasar hambre para poder pagarse las entradas
o viajar hasta las antípodas por poder vivir en directo su música, a veces de
la mano de su amor, otras solo, pero la soledad se disfruta más cuando unes tu
voz a tu artista favorito.
Ahora, con la ciática y la piel escurrida, redescubre que
dentro sigue siendo fuerte, que su corazón sigue cantando, que sus caderas
continúan moviendose, aunque en otra dimensión, no importa, se mueven y eso
basta.
Gabriel se sonríe, piensa que si la gente, sus compañeros
supieran exactamente lo que está pensando ahora, lo tacharían de loco y le
aconsejarían que buscara ayuda profesional. Pero es que hay dos cosas en la
vida a las que no puede renunciar: la música y el amor - nunca fue cantante,
pero se emocionaba con las canciones,
nunca lo amaron, pero él amó.
La secretaria del jefe, la de la sonrisa linda con
dientes torcidos dejó caer una rosa sobre esas últimas palabras esculpidas en
la lápida de Gabriel.
Me gustó muchísimo gladys, cuanta
ResponderEliminarimagínación con ese final inesperado.
Si me permites quiero llevarlo al taller
literario. Anda, di que si, no quisiera
tener que robártelo :)
Besos y abrazos
Claro que si Mabel, y luego me cuentas qué pasó, vale.
ResponderEliminarGracias por leerme, por aparecer por aquí y sobre todo, me encanta que vengas a esta casa solitaria, pero no fría,
que siempre hay un café caliente en la ventana para confortar a los viajeros.
Qué dolor ser amado y no saber por quién.
ResponderEliminarLa marca de la casa cada día más perfecta, en cuatro palabras finales todo el sentido oculto del cuento.
Besos
Piedra
Eres un sol, voy a preparar más café, porque con la tormenta que esta cayendo en Las Palmas, vamos a necesitarlo.
ResponderEliminarQue lluvia y que vendaval nos están azotando. SUSTOOOO.
Qué relato tan hermoso, Gladys, me emocioné, -y eso que últimamente me cuesta emocionarme,- el final, me pareció sorprendente, me gustan los finales así, que sorprendan, que te dejen pensando en el relato. Un gusto leer esta historia tan preciosa.
ResponderEliminarSí por aquí también hay una tormenta de "narices" llueve y eso es bueno, el campo está muy seco, es oro que cae del cielo. El viento es lo malo.
besos
Una cosa, que se me olvidó, la imagen que pusiste, es ¡genial! :) al relato le va al pelo, niña.
ResponderEliminarGracias vecina de isla. Ahora mismo, cinco de la tarde, ya ha pasado un poco el temporal, pero hace un calor muy fuerte y
ResponderEliminarpegajoso. A esta isla le sienta bien el agua, ojalá lloviera más.
Y lo de la foto, la verdad es que parece que el destino me la regaló, porque estaba buscando una imagen que representara ese sentimiento, esa emoción de felicidad que nos pone los pelos de punta y ahí estaba google. Una gran suerte.
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