Aquella maleta negra fue motivo de una severa alarma. En cinco minutos acordonaron la zona, la despejaron, y una patrulla de artificieros rodearon la zona, vigilando estrechamente aquella maleta negra. El artificiero jefe fue caminando con mucho cuidado. A medida que se iba acercando, observaba que por uno de sus bordes colgaba el cabo de un cable. Una vez comprobado que no había peligro alguno aparente, se propuso abrir la Maleta... Tan sólo estaba el cabo, que se perdía en la nada. Comenzó a tirar de él… Sólo salía cable… Más cable... 10 minutos de cable… Media hora de cable… 45 minutos… Sólo cable… 72 minutos… Cable…
Una voz gritó:
• ¡¡¡Mi maleta… Es mi maleta!!!
Entre sudores se despertó, sobresaltado… Encendió la luz… Allí estaba su maleta negra… El nuevo juego revolucionario que asombraría al mundo en menos de 24 horas.
Su ánimo se tranquilizó, miró a su lado derecho y allí estaba Ella, durmiendo plácidamente. La acarició… Besó suavemente su frente… La abrazó y volvió a dormirse. La Magia seguía con él.
(Dedicado a todos aquellos que guardan su ilusión celosamente)
Amigooooo infernal. Las maletas siempre son mágicas. Un abrazo desde por aquiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!
ResponderEliminarSi yo te contara acerca de las Maletas... Espero que todo te vaya muy bien por las Allás...
ResponderEliminarSólo el infierno sabe lo que se puede hallar dentro de una maleta, puede aparecer un tucán embalsamado y uno nunca sabrá cómo llegó allí.
ResponderEliminar¿Recuerdan el texto colectivo de maletas que habíamos hecho en Cae la noche?
Aunque creo que no era colectivo, cada uno debía escribir algún texto sobre una maleta. Extraño esos juegos, a ver si organizamos uno nuevo pronto.
Las pesadillas son una copia exacta de la relidad, pero no siempre tienen un final feliz, como en este caso.
ResponderEliminarSi las maletas hablaran, muchas mentiras y chapuzas de la vida no quedarian para siempre en la impuniodad. Gracias por la parte que me toca.
Muy bueno.
¡Ay, Cabré! Si tú supieras... Pero eso no viene al caso. Por cierto Momia, ya no se nos ocurrirá algo totalmente perverso para que te puedas enredar con tu vendas.
ResponderEliminarA mí las maletas me recuerdan viajes, viajes que no hago :( me cache en la mar, Jimul, me gustó mucho eso que dices al final "a todos aquellos que guardan su ilusión celosamente" y es que la ilusión es algo maravilloso, si se pierde ¿para qué vivir?
ResponderEliminarabrazos.