Me iré a tu pecho negro
a hablar con las espumas
y océanos de besos permanentes.
Recalaré con música en tus manos;
tus manos, que son soles sostenidos,
me brindan sus barandas.
Son toque de tambores,
columnas detenidas,
tesoros de pretiles serpentinos.
Tus manos, oh, tus manos,
injertos de paloma
vistiéndome de pájaro o principio.
.a hablar con las espumas
y océanos de besos permanentes.
Recalaré con música en tus manos;
tus manos, que son soles sostenidos,
me brindan sus barandas.
Son toque de tambores,
columnas detenidas,
tesoros de pretiles serpentinos.
Tus manos, oh, tus manos,
injertos de paloma
vistiéndome de pájaro o principio.
.
Suerte de domingo que nos trae poemas limpios como tus manos. Poesía pura para hablar con la espuma de los océanos sin tiempo.
ResponderEliminarBesos
Piedra
Buen poema... Y aún mejor sentimiento. Ya sabemos que eres maestra en estos andurriales de poemas, tan tuyos... tan nuestros.
ResponderEliminarPrecioso Enfero. Ahhhhh que ganas de enamorarme.
ResponderEliminarTus versos bañan todos mis sentidos. Pienso que leyendo tu poesía me servirá al fin de terapia para relajarme y fantaserar un poco, que buena falta me hace.
ResponderEliminarPor cierto, no dejes de leer la respuesta a tu invitación en los comentarios de tu anterior soneto.
Es realmente precioso, bellisimo, sublime... un poema que enamora hasta a un desenamorado...
ResponderEliminarun abrazo muy fuerte de una humilde condesa...
Gracias a todos, amigos.
ResponderEliminarEsto es más que aliento.
Venga, voy a ponerme a escribir, hoy que está nublado.
Besotes a granel
;-)