Este año, los admiradores de Jean Luc Godard estaban muy atentos a la reacción de éste ante la decisión de la Academia de Hollywood de darle un Óscar honorífico por una carrera obviada por estos premios, tradicionalmente poco atentos a las corrientes cinematográficas más arriesgadas.
Como estandarte de la "nouvelle vague", el suizofrancés era una cuenta pendiente de Hollywood... pero Hollywood no era una cuenta pendiente para él. Entre que su posición pro-palestina ha sido muy criticada por el lobby judío de la Meca del cine, que su cercanía al comunismo le hizo en la época de la Guerra Fría como un "rojo peligroso" y que tiene ya 80 sedentarios años, la verdadera sorpresa hubiera sido que se hubiera dejado agasajar sin más por la que siempre fue su antítesis.
Si en el último Festival de Cannes esgrimió el ambiguo argumento de que no podía ir por "problemas de tipo griego", e ironizó diciendo: "Con el festival, yo voy hasta la muerte, pero ni un paso más allá", para los Óscar ni siquiera ha habido una razón oficial. A través de su mujer Anne-Marie Mieville, el director de "A bout de souffle" mostró su desaire debido a que los Óscar honoríficos han sido desgajados de la ceremonia metiática que se celebrará en febrero.
"No son los Óscar de verdad", dijo para un medio australiano. "Jean-Luc no irá a América, se está haciendo viejo para este tipo de cosas. ¿Viajaría usted todo ese trayecto sólo por un pedazo de metal?", también ha dicho.
Como estandarte de la "nouvelle vague", el suizofrancés era una cuenta pendiente de Hollywood... pero Hollywood no era una cuenta pendiente para él. Entre que su posición pro-palestina ha sido muy criticada por el lobby judío de la Meca del cine, que su cercanía al comunismo le hizo en la época de la Guerra Fría como un "rojo peligroso" y que tiene ya 80 sedentarios años, la verdadera sorpresa hubiera sido que se hubiera dejado agasajar sin más por la que siempre fue su antítesis.
Si en el último Festival de Cannes esgrimió el ambiguo argumento de que no podía ir por "problemas de tipo griego", e ironizó diciendo: "Con el festival, yo voy hasta la muerte, pero ni un paso más allá", para los Óscar ni siquiera ha habido una razón oficial. A través de su mujer Anne-Marie Mieville, el director de "A bout de souffle" mostró su desaire debido a que los Óscar honoríficos han sido desgajados de la ceremonia metiática que se celebrará en febrero.
"No son los Óscar de verdad", dijo para un medio australiano. "Jean-Luc no irá a América, se está haciendo viejo para este tipo de cosas. ¿Viajaría usted todo ese trayecto sólo por un pedazo de metal?", también ha dicho.
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