Mañana de febrero, sol y salitre.
El viento de poniente trae olor a marismo, de cuando las barcas marineras quedan varadas a la orilla de la mar, tras ofrecer el copo a los esforzados pescadores.
Llega de repente el color a jugar con el azul marino del agua, escondiendo a los monstruos que se levantan allá en el puerto.
El petrolero, ajeno al juego, espera paciente vaciar las bodegas, mientras las velas van y vienen a su alrededor.
Málaga, telón de fondo en la bahía, se levanta a mirar que ocurre hoy en la mar, ¿de dónde tanta belleza? Esas nubes, como una pincelada blanca para retocar el celeste del cielo; esa vela, que va y viene tras el perfil del horizonte; esa surfista incansable surcando las olas; esa barca, ajena ya al ajetreo del día; ese organillo, llegado de tierras tudescas a pasar el invierno al sol que más calienta,....y nosotros tomando el sol, ya de primavera.
Texto y fotografía: Miguel Bueno
miguelbueno.blogspot.com
Qué fotos más bonitas, me encanta el mar, sueño mucho con el mar cuando duermo, no sé, será como lo haría cualquier isleño.
ResponderEliminarEs más, me puse este nick, por el mar... ¿será obsesión? será, más cuando tengo miedo a meterme en él... no te digo.
un abrazo Piedra.
¡Qué azules, Miguel!¡Qué brutalidad cromática!
ResponderEliminarUltramar, cobalto, prusia, celeste, añil... y más. Están todos, ufff
Besote en el cogote
Preciosas fotos, y la del organillero me hizo preguntarme por todas aquellas profesiones que han ido desapareciendo con el tiempo.
ResponderEliminarCasualmente la semana pasada fui a un pueblo, a una hora de Las Palmas, y vi un policía de tráfico!!!! Yo pensaba que ya no existían.
Tenías que haber estado ahí con tu cámara Piedra.
Siempre diré lo mismo. Piedras, tienes un morro que te lo pisas. Compartes y vives lo mejor del Norte y del Sur de este territorio tan rico en contrastes llamado España. Das una envidia terrible. Que lo sepas. ;-)
ResponderEliminar