Sus fiestas reales siempre eran sonadas. Toda la nobleza se reunía a su alrededor, una atmósfera misteriosa se creaba en el entorno. El populacho también asistía y hasta participaba en aquellos grandiosos Eventos. Hasta de vez en cuando llamaban a un mago que hacía su número, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.
Y allí estaba ella, una vez más, mostrándose coqueta, paseándose ante el rey sin el menor recato. Pocas veces conseguía hacerle sombra, pero esta vez, su belleza era imposible de contener, hasta por el poder del Soberano.
La Luna había vuelto a eclipsar la magnificencia del Soberano Sol..
Y nosotros al otro lado del mundo sin poder verla... snif... Pero ya tendremos tiempo, dicen que en unos 150 años habrá otro eclipse parecido.
ResponderEliminarYo no pienso perdérmelo!
Y es que la Luna siempre ha estado rodeada de misterio y belleza.
ResponderEliminarqué bien, Jimul.
abrazos.