Quien quiera participar activamente y subir textos o abrir foros de debate, no tiene más que escribir un comentario en el foro con su correo electrónico y se le darán privilegios para postear.
Salud y fuerza
jueves, 17 de septiembre de 2009
Barcelona
Bajando por Petritxol llegó a la plaza del Pi y se detuvo en la esquina con Cardenal Casañas, pasó las manos por las viejas piedras frente al rosetón y pensó que la eternidad era un castigo sobrehumano.
El tener que ir de un mundo a otro, recorriendo lugares en planetas por conocer, sin que nunca se acabase el viaje, le pareció un recorrido tan duro que empezó a temblar de fatiga; sujeto a los sillares, tomó un poco de aliento, pero la calma de la noche no le llegaba a tranquilizar.
Volvió a mirar al rosetón y al fijarse en el juego de colores entre la roca trabajada, pensó que la belleza sí era eterna. Como concepto inmaterial, la belleza podía pasar a través de los siglos y recorrer mundos ignotos sin tener fin. Esa idea de eternidad de la belleza le tranquilizó y se pudo sentar bajo el pino a disfrutar del momento, quizás no se volviese a repetir en años esa calma de la noche, esa luz de la luna tras la torre, esos amigos que le rodeaban, esa paz consigo mismo, esa eternidad del instante.
Le faltaba ver de cerca el dragón del llano de la Boquería para que la noche se cerrase en circulo. Los dragones a pesar de San Jorge, existen; tienen una larga lengua y expulsan fuego por la boca, por eso hay siempre una sombrilla bajo ellos, para que las cenizas no caigan sobre los viandantes desprevenidos.
Pasó bajo el dragón y comprobó que el farol estaba en su sitio, si cada cosa estaba en su lugar, podía pasear tranquilamente por las Rambla. La noche era joven y tenía una eternidad por delante.
Texto: Piedra. Foto: sherca
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ignotos. Impresionante palabra.
ResponderEliminarYo tambien he visto dragones.
Saludos
Los dragones de Barcelona son entrañables, como tu relato.
ResponderEliminarExcelente texto, Miguel, me dio gusto releerlo. Como te comenté, me parece muy positiva la versatilidad que muestras, pues le veo un estilo bien distinto al de otros textos que te leí.
ResponderEliminarMe encanta la foto también, con ese dragón tan exótico.
Todo un gusto leerte.
Miguel, manejas el tiempo sin dudas. Sabes qué es, tanto vital como literariamente. Esta vez nos has traido casi un poema o un profundo suspiro.
ResponderEliminarSólo me queda saber por qué le gustan los dragones, jeje.
Un besito
;-)
Barcelona es maravillosa. He ido dos veces y volveria a ir.
ResponderEliminarGracias Miguel Bueno,Sara
Gracias. Un sueño, poder pasear por Barcelona aunque sea con la imaginación.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra