se arregló como siempre el lunes temprano
y salió a pelear otra rutinaria semana más
es la envidia de sus subordinados
en su asiento dorado, escritorio de roble y salario de seis ceros
ninguno conoce sus sábados y domingos bañados en lágrimas
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JotaCe, se te empieza a conocer por estos andurriales. Contundente y a la yugular. Bien.
ResponderEliminarSi conocieramos la verdad de nuestros semajantes callariamos mas, a veces.
ResponderEliminarSaludos
JLV
gracias gracias
ResponderEliminarJotaCe ¿tú crees que la pena es perpetua?¿no tiene fin?¿no podemos hacer que una emoción se transforme en algo distinto y tenga un rendimiento a nuestro favor? No sé... me pregunto.
ResponderEliminarUn abrazo desde Levante
¿quién no tiene un almanaque tachado en llanto?
ResponderEliminarBuen poema