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Salud y fuerza
lunes, 3 de mayo de 2010
Una pareja en la cama, por la mañana:
¿Qué tal estás?
Estoy bien… Muy bien. (Con miedo, él le pregunta)
… ¿Y tú?... ¿Cómo te encuentras?
(Diplomática, pero realista) Bien, estoy bien… Aunque me he quedado con un poco de hambre.
¿Quieres decir que no he estado bien… Que no te ha gustado?
Por favor, Max, no dramatices… Tan sólo he dicho que me ha faltado un bocadito para saciarme.
Si quieres, podríamos…
No, cariño, (Mirándolo de arriba abajo) el telón ha caído. Esta función ha terminado, tal vez en otro momento… Otro lugar… Una situación diferente…
No te vayas por favor… Intentémoslo de nuevo.
No me vengas con otra de tus crisis. No hacen efecto ya tus poses… Trabaja mejor tus puestas en escena y tendrás el éxito que buscas. (Se levanta, caminando con suma sensualidad al cuarto de baño. Cierra la puerta tras de sí.)
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Siempre leo las entradas al blog desde mi lector de RSS y luego veo de comentar a la noche cuando me conecto desde el PC. Hoy me vi tentado a hacerlo inmediatamente: el relato me encantó.
ResponderEliminarY qué pasó con aquello de que todos debemos tener una segunda oportunidad?
ResponderEliminarBueno, los hay impacientes y perfeccionistas. También son justificaciones para mandar a la mierda una relación...
ResponderEliminarJotaCe, gracias por tu comentario. Tampoco hacía falta tanta rapidez. Te doy permiso para que la próxima vez lo hagas tranquilamente desde tu casa... ;-P
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