Esta luz de Pacanda
con el cielo entreverado
de pequeñas nubes.
Este sol de noviembre
que acaricia suave
el regalo de mis días.
¡Qué dicha
el otoño de la vida!
tan alejado del tiempo
en que curas sin alma
amenazaban
con el “fuego eterno”
a inocentes criaturas.
Hoy vi la mar,
estaba en calma.
Texto y foto de Piedra
Precioso, Miguel, simplemente precioso, lo leo y lo leo y no me canso.
ResponderEliminarTodo un placer
(si vas a lograr que me guste la poesía!)
Me uno a lo que dice Nofret, un poema precioso, que se puede llevar uno en la cartera, porque admite todas las lecturas que se quieran.
ResponderEliminarUn saludo.
-chus-
Sí, muy hermoso... Piedra lleva la poesía en el alma. Y el final, genial.
ResponderEliminarbesos mil
hoy en clase dijo el profesor que un buen poema es el que te acompaña durante toda una vida, este lo es. Enhorabuena.
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