Los olores siempre habían sido su especialidad, la perseguían desde su nacimiento. Ese olor a imaginación fue demasiado intenso como para olvidarlo, en el medio se cruzó la Humanidad, esa Humanidad que emanaba desde su enjuto cuerpo. Ambos olores se intercalaban hasta crear otro muy especial: Vedia. El aroma a Vedia era tan intenso como sensual. Cualquier olfato, por muy torpe que fuese podría reconocerlo a kms. Y así fue pasando el tiempo, la Esencia Vedia, lejos de perderse, fue madurando y concentrándose con la edad. Hoy es un aroma tan arrebatador que cualquiera que caiga en sus redes quedará atrapado por la Eternidad de su fragancia
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