Sí, no se asombren, volví a tener catorce años y estoy sentada en mi silla contemplando la pizarra verde del salón de clase. La silueta de la profesora se recorta en la ventana. Las fórmulas de química flotan en el aire formando burbujas, en la del H2O tengo piel tersa, dientes perfectos y una sonrisa, ¡vaya sonrisa tenía entonces!
En la fórmula del NaCl el amor me devora, otra vez me lame con la misma hambre, me muerde con la misma avidez.
Esa es la fórmula perfecta del amor, no flota en el aire sino que hierve dentro de mi. El amor es posible en la eterna burbuja y la piel retrocede hasta tensarse, vuelvo a vivir y el amor me consume.
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Gladys, qué bien, qué concentración de emociones más interesantes me has hecho vivir con esto. Qué ejercicio de regresión consciente. Y todos los días podríamos poner nuestra voluntad al servicio de nuestra memoria para retroceder y avanzar sin descanso por múltiples experiencias.
ResponderEliminarVoy a tomarme unos minutos para regresar al instituto también, con tu permiso. Qué eclosión de vida.
Gracias y gracias
:-)
Gracias a ti!!!!!!
ResponderEliminarEsto de volver al Instituto debe ser deformación profesional, porque trabajo en la biblioteca de uno de ellos, jejejeje.
Creo que los elogios deberían ser para los adolescentes, todos los días me enseñan a ver las cosas de siempre, desde diversos ángulos.