Soñar

Este cuento tiene como protagonistas a un Arzobispo. Un gran empresario. Un señor de derechas. Una ninfómana meapilas católica y ultraderechista. El domingo de Carnaval, cada uno de ellos decidieron preparar el calendario de la semana, según su sana costumbre judeocristiana de “El trabajo es salud, y Dios nos reparte la que necesitamos” Sus reuniones sociales terminaron a una hora prudencial (entre las 12 y las 2 de la mañana).Cada uno de ellos fue a sus aposentos, pensando en que mañana sería un día excepcional. Estando más cerca de sus anhelados sueños (de éstos no hablaremos ya que los sufrimos)

Las manecillas del reloj avanzaban lenta pero inexorablemente hacia el nuevo amanecer. Hacia la 4:00 H. de la mañana, una interferencia espacio-temporal en la que la antimateria se enreda con la materia ... ¡zas!.. A las 5:00 H. unas voces estridentes resuenan en el cerebro de todos nuestros protagonistas junto con unos “gongs” aún más infames. Una incompresible frase se repite una y otra vez.

Se encontraron somnolientos en una cadena de montaje china, preparando las últimas innovaciones tecnológicas. La suciedad, el calor y las pésimas condiciones de su puesto de trabajo, les hicieron creer que estaban en el Infierno... Aunque los latigazos y gritos constantes del Jefe de personal les llevaron a tomar conciencia del lugar en el que estaban.

Ya no eran las figuras del poder, ahora formaban parte del gran engranaje de producción. Debían acostumbrarse lo más rápidamente posible a su nueva situación, la vida les iba en ello. Y el futuro del nuevo Imperio, que habían llegado a construir, también.