Una mujer de las muchas de las postguerra. Su familia sufrió la miseria, aunque con menos crudeza que las vecinas. Siempre supo que tenía capacidad para enseñar todo aquello que ella sentía y pensaba. También era consciente de las trabas que le imponían los suyos para realizar los sueños. Primero era subsanar errores de conciencia y luego, si quedaba tiempo, desarrollar su propia felicidad y crecimiento personal.
Para colmo de males, se fue a enamorar de la persona equivocada. Un noble y habilidoso muchacho que pertenecía a una familia más pobre. La oposición a esa relación, no hizo más que estrecharla. El resultado fue claro y evidente. Marcharse ambos de aquel lugar que se les había vuelto hostil y opresivo. Algo ahorrado para el viaje y un préstamo cedido por un amigo del mismo pueblo fue la palanca que les hizo falta para mover el mundo.
Trabajo, insistencia, coherencia y esfuerzo fueron los ingredientes que dieron lugar a una receta sencilla y efectiva de triunfo personal. Respeto social y grandes amigos son los que han ido construyendo día a día... Mes a mes... Año a año.
Uno de los proyectos, fue tener un hijo... Y ya se sabe que lo que planea uno para su descendencia suele ser muy diferente a lo que realmente termina por realizarse. De todas las cosas que planificaron y fueron construyendo, éste fue la que peor les salió. Pero ya se sabe que nadie es perfecto.
Hoy a esta mujer le ha llegado la jubilación profesional. Afortunadamente para ella, y ójala el tiempo se lo permita, le haya llegado el momento de ser la que en un momento dado quiso ser.
Mª del Carmen, enhorabuena por haber llegado hasta aquí.
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Salud y fuerza
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Gracias en nombre de Carmen, Jimulete.
ResponderEliminarCada persona nos mereceríamos tener en algún momento de nuestra vida un retrato, un reflejo, una razón por la que mirarnos frente a frente con orgullo. Sobre todo aquellos que se enfrentan a fases nuevas en su vida. Mi tía se ha jubilado hace 1 mes, así que creo que se encuentra en la misma situación. Si puedo le dedicaré otro retrato.
Besitos, gamberro
Esta señora, es mi madre, así que ya está dicho...
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarvaya... es un relato a tu madre, Jimul.
¿y por qué dices que no se realizó el proyecto que tenía para su hijo, o sea, tú? ¿eh? :)
No importa, quizá es que no quieres decirlo, o será que tu madre quería que fueras médico o abogado.
Me encantó la historia, se parece a muchas que yo sé, de gente que ha vivido la guerra y posguerra.
un beso.
Me encanta como escribes...pone la carne de gallina...encima...ese hijo eres tu...vayaaaaa...encima le salió mago...ya podías haberla encantado antes...je je je...
ResponderEliminarBesos
Me olía que era una historia cercana. Un abrazo a tu madre y bienvenida al club de los jubilatas. Expresiones para el hijo.
ResponderEliminarPiedra
Muy bello tu texto,
ResponderEliminarun placer pasar por tu casa.
que tengas una feliz semana
un abrazo
RMC
Vaya, Jimul, yo creí que el niño había muerto y resultaste ser tú!
ResponderEliminarMuy buen relato, me gustaría estar despierta para poder contarles de alguien yo también.
Feliz jubilación para tu madre, Jimul!