En estas tardes lentas, fuera
del tiempo, ajeno al caminar de la calle, sentado junto a mi madre, cansada,
muy cansada de una vida ya cumplida a sus cerca de 98 años, siento su respirar
como un aliento suave y dan ganas de respirar con ella.
La vida se escapa entre los dedos
impotentes y parece toda una conquista
el poder robar un poco de tiempo a la eternidad, como si fuese un triunfo de
las horas.
Cada sencillo movimiento, el
secarse la boca, el coger una servilleta, da un hilo de esperanza de que llegue
la ansiada mejoría y mañana sea un día distinto, aunque en el fondo sepa uno
que la batalla está perdida, que las cartas están marcadas y el juego
predeterminado.
Es ley de vida, dicen como
consuelo, sin consolar a nadie.
Solo queda mirar hacía atrás
y ver la dicha de los caminos recorridos, la lucha por los estudios de los
hijos y ver como todos acabaron sus carreras, los nietos montando el teatro en
el jardín de la casa y ella disfrutando de ver la alegría del abuelo, y estos días
recientes con los biznietos, cambiándole la cara cuando alguno le hacía una
gracia.
Besos.
Ayer la despedimos. Fue una despedida muy tranquila, cogidos de la mano hasta su último aliento. (d.e.p).
ResponderEliminarPiedra
Mi más sentido pésame. Fue un regalo su presencia, su ausencia solo la hará brillar más. Un abrazo.
ResponderEliminarCuánto lo siento Miguel. Te acompaño en tu dolor Recibe un fuerte y emocionado abrazo.
ResponderEliminarQuerido amigo, el paso por este mundo de tu Sra. madre a sido placentero, Se veía la felicidad en su hermoso rostro y pudo marcharse de la misma forma en que vivió, rodeada de amor y en paz.
ResponderEliminarNada consuela, te acompaño en tu dolor, lo siento mucho y te mando a ti a tu familia un abrazo inmenso.
Ya sabes Miguel que te he enviado varios abrazos mimosos y apretaditos. Pero vengo a darte otro. Quizás porque yo también los quiero y los necesito. Y tu barba y tus fotos y tus palabras me resultan siempre reconfortantes y aunque no te he visto la cara real, te siento dentro, dentrísimo.
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo amigo, y ojalá que entre tus recuerdos siempre sea esa maravillosa sonrisa la que surja primero.
ResponderEliminarMarae, Perseida, Mabel, Enfero y Gladys un abrazo tan grande como vuestro cariño. Muchas gracias.
ResponderEliminarPiedra
Miguel... lo siento muchísimo, cuando pusiste en tu blog la foto de tu madre, orgulloso, de su aspecto, ese aspecto jovial y tan joven, que no parecía tener tanta edad, pensé que era una maravilla tener a una madre con esa cara y ese talante único, con la felicidad retratada en su semblante.
ResponderEliminarPiensa que todos quisieramos vivir tanto como ella, ¡quién no se apuntaría ahora mismo! y por lo que imagino vivió rodeada de los suyos, una larga vida teniendo amor a su alrededor. ¿quién no quisiera eso, amigo?
Sé que debéis estar muy tristes, pero piensa lo que habéis vivido junto a ella. Alguien dijo que la gente no muere mientras haya alguien que los recuerde con amor. yo misma tengo a mi padre, su imagen, nítida, sus manos, su risa, sus ojos... y hace 27 años que murió. Tanto a él como a mi madre y a mi tía- madre, los tengo muy presentes, mientras yo viva ellos estarán ahí.
MUCHOS BESOS, AMIGO
Mi Espuma, gracias por el consuelo. Es cieto. me consuela la de años que he estado a su lado disfrutando de ella.
ResponderEliminarBesos.
Piedra
Miguel, siento mucho ese robo que te ha hecho la vida, porque aunque sea una ley inquebrantable, no deja de ser un robo que se hace al cariño y al amor. Verás cómo el tiempo no es el olvido, al contrario, el tiempo avivará la memoria, y lo hará con una sonrisa prendida de cada recuerdo, que es como las madres quieren que las recordemos, y como son madres, y siempre tienen la razón, no las podemos contrariar.
ResponderEliminarMi abrazo más grande y fuerte para ti, y aunque soy pokita cosa, aquí estamos sin hora de cierre.
chus
Amigo chus, gracias. En verdad, las palabras de los amigos son un consuelo que se agradecen con el alma.
ResponderEliminarUn abrazo