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Salud y fuerza

lunes, 18 de octubre de 2010

Atacama, 33

Érase un lugar muy lejano, donde vivir era un acto de extrema dificultad, para cualquier ser vivo. Fue allí dónde unos hombres, rudos como el terreno que les rodeaba, pero tenaces como la vida, trataban de desentrañar los secretos de la Madre Tierra. Ésta dejaba que enredaran por su cuerpo, pero siempre tenía un ojo abierto, por si sufría algún daño irreparable. Un día de agosto, en una de las rutinarias maniobras, un desgarrón no previsto provocó el derrumbamiento de la mina. 33 cuerpos quedaron atrapados en una cavidad oscura, en las entrañas más profundas de la Madre. Nadie quiso saber nada, pero el abandono de los suyos y la pesada indigestión de aquella Madre, que no quería tragarse más vidas, obligó a iniciar una operación de grandes proporciones, muy pocas veces vista. Codo con codo y en un proyecto común, todo el mundo contribuyó a extirpar de las entrañas de aquel cuerpo enfermo, las 33 vidas que atemorizadas, pero valientes, tuvieron la sangre fría de soportar durante 69 días, con sus correspondientes noches, el latido imperturbable de una Madre enferma. 69 días en los que pensaron, se conocieron, hablaron y acordaron muchas cosas. La primera y más importante, es que saldrían de allí TODOS. La segunda, se juraron lealtad para el resto de sus vidas. La tercera, prometieron luchar, hasta la muerte si fuera preciso, porque aquello no volviera a suceder. Hoy, 30 años después, la memoria de “LOS 33 de ATACAMA, es un lejano recuerdo.

Abuelo… ¿Hasta cuándo van a ocurrir estas cosas?

Querido nieto, si yo pudiese contestar a esa pregunta, en aquella misma mina se hubiese puesto la solución al problema. Sólo espero que las lecciones de la vida no se olviden fácilmente.

4 comentarios:

  1. Bello homenaje, se lo merecen.
    Me parece increible que uno de ellos comenzase en la mina a los 12 años y siguiese a los 63. Les quedan muchos derechos sociales por conquistar, y el temor es que en esta época de vuelta atrás no lo consigan. Ahora se lleva trabajar más, por menos y más años, todo un plan de pisotear derechos alcanzados en siglos de lucha.
    Piedra

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  2. Es una pena que este gran empeño tenga su cara oscura: la situación de las minas en muchos países, no sólo de suramerica.
    Ahora mismo en Colombia hay dos mineros atrapados desde hace varios días y el rescate está siendo demasiado lento.
    Si el hombre quiere seguir mamando de la madre tierra, tendrá que cuidarla y cuidarse a sí mismo.

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  3. Muy bueno tu homenaje, Jimul, me ha gustado mucho. Hace unos días veía un documental sobre un niño en Bolivia. Era impresionante ver cómo incluso a esa tierna edad ya tenía asumido que no viviría más de 35 o 40 años por la silicosis pulmonar que produce el trabajo en las minas. Todos tenían asumido que morirían antes de su tiempo.

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