Él le pasó la llamada. Cinco minutos después el teléfono estaba colgado y se podía escuchar, abrumador, el silencio. Ante preguntas sin respuesta, él irrumpió en el despacho. No pasa nada, le dijo.
Si no pasa nada, entonces... ¿por qué lloro? dijo ella.
Y el abrazo inminente se difuminó en las paredes y una brisa de fracaso y despedida inundó la habitación.
(el título es a la vez título y comentario, jeje)
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Joder, pues para ser una novata en esto del Micro se te da MUY BIEN ¿quién eres? Seguro que eres un/a plumilla infiltrada en estos Andurriales con aspecto de novato. Mmmm, te desenmascararé, he dicho. ;P
ResponderEliminarLo que soy es una vaga incapaz de escribir algo mas largo, jajaja
ResponderEliminarEjem, no sigas por ahí que descubres a los demás...
ResponderEliminarMarae, hacer una mini es difícil; tienes que expresar en pocas palabras una historia que podría llevar muchas más, pero se resume y se logra que todo quede en un poquito, una gran hostoria reducida. Muy bien.
ResponderEliminarbesos
Pues sin bromas, a mi lo que me cuesta es dejar de ser tan sucinta...
ResponderEliminarPues a ti también te están quedando redondos tus minis
ResponderEliminarNo sólo redondos, Marae, también están quedando muy poéticos y exquisitos.
ResponderEliminarMe apunto a seguirte y te animo a que los desarrolles, que esto prometo ¡¡¡!!!
Besones