Te espero en la delicia de mi escorzo
jugoso y silencioso, casi negro,
de raso con satén, costura y liga
y rojo de carmín -matiz perverso-.
Encaje delicado, lentejuela
tapándome el ombligo que te llama,
la joya diminuta
inserta en este mar, silueta, centro.
Si sólo soy tu sombra
¿Por qué me estás prestando tu demencia?
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Salud y fuerza
miércoles, 15 de abril de 2009
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He subido un texto al Foro pensando que estaba en Relatos del Andurrial. No creo que te sea difícil cambiarlo de sitio.
ResponderEliminarEn todo caso mi correo es miguelbuenojimenez@gmail.com , puedes avisarme para que yo pueda hacer el cambio.
Salud y república.
Piedra
Piedras, lo has subido perfectamente, de hecho voy a comentártelo corriendo en cuanto lo lea... el mío es ecarulo@gmail.com para lo que puedas necesitar.
ResponderEliminarUn abrazote
He borrado el comentario anterior porque soy un manazas, y ya es la segunda vez que me pasa.
ResponderEliminarEn el comentario te decía que tus letras siempre me han despertado, al leerlas leerlas, reflexiones que suelen terminar añadiéndole una equis a la ecuación de la lectura. Regalas belleza, y "sudokus" existenciales, creo que no se le puede perdir mucho más a la tinta.
Un abrazo.
Eres de una sensibilidad extrema, Gato, con lo que me embarga cualquier palabra que venga de ti (salvo que hayas tomado de eso que tiene Jimul, jajajaja)
ResponderEliminar;-)
Besos al cuadrado y con puntería
Te iba a decir cosas agradables y profundas, pero leído tus palabras hacia, sólo puedo decirte... ¿Así de demente tienes a tu amante? ¿¿¿Y si sólo te pones una gota de Agtha Ruiz de la Prada nº0001??? ¿Ese que probó con Pedro J. Ramírez?. Y ahora en sirio, ¿qué quieres que digamos de leer estas ardientes letras? Pecaoooooora...
ResponderEliminarEs un esfuerzo considerable para una mujer, meterse en el cerebro de un hombre para acertar cómo es una fantasía masculina.
ResponderEliminarHay varios discursos en este poema cortito:
- por un lado efectivamente, hay una mujer erótica, pero eso es lo que el hombre ve.
- por otro lado, él sabe que sólo lo ve con los ojos de su imaginación.
- por otro, le obsesiona.
La cuestión es que es la mujer la que habla simbólicamente al hombre, pero realmente es él mismo quien se pregunta cómo puede volverse tan loco por algo que ni siquiera existe.
;-)