Se desperezó. Bostezó un poco.
Se estiró en la cama y se sentó en el borde. De repente lo recordó todo.
No merecía la pena encender la luz. Pasó el resto del día a pierna suelta
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Salud y fuerza
miércoles, 6 de mayo de 2009
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Marae, me estás animando a escribir tan cortito. Es chulísimo esto. Se me caen las secuencias de los ojos y tengo que recogerlas bajo de la cama.
ResponderEliminar(Seguro que Jimul se pica, ya verás...)
;-)
Noche de sábado, efectos secundarios de los hielos...
ResponderEliminarSi tiene razon mi hermano... hay que dejar de beber... ni agua... a partir de ahora los cubatas sin hielo
ResponderEliminarYo seguiría con mucho gusto el ejemplo de tu prota.
ResponderEliminarMe encantó.