Fieras

(A todos los sufridores, y en especial a doña Espuma)

Después de un reconocimiento exhaustivo, se comprobó que los cuatro tigres sólo habían sufrido un despertar brusco. Como todo el mundo sabe, interrumpir los sueños de estos felinos, tiene un coste. Su mal carácter. Las autoridades tuvieron que cortar la circulación, aquella cobra inoportuna, había recibido su propio merecido, el aplastamiento de 100 kgs de puro colesterol. Al tiempo, el domador y los 100 kgs. de colesterol (llamado también conductor) del vehículo siniestrado, intentaban hacerse con el control. Imposible. Sólo un veterinario del lugar, tras unas fuertes dosis de tranquilizantes, hizo posible que aquellos animales descansaran.
Fue en aquel momento cuando todos se dieron cuenta de un pequeño detalle. Los tigres se habían convertido en un Banquero, el Ministro de Hacienda, el Director General de una Multinacional, y el Secretario general de un Sindicato. Todos los curiosos pidieron a las fuerzas del orden, que tuvieran piedad y les pusieran la inyección letal, para evitar un sufrimiento innecesario.