Acomodé mi cuerpo
en el hueco que dejaste
entre mis sábanas.
Aún conservan tu calor
o quizás
la certeza de éste.
Me acurruco en él
y vuelvo a ser feliz
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Salud y fuerza
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Por fin salió el sol (en Canarias también) y nos inundas el andurrial de luz, y eso que nunca publicabas poemas.
ResponderEliminarEs tal la variedad de tus textos que poco a poco iremos disfrutando para comentar.
Un abrazo
Piedra
Qué bonito.
ResponderEliminarAprovecha el calor sin recelos ni despechos ni melancolías, con auténtica felicidad, así de sencilla.
Muy bien, Gladys, que esos tópicos de la complejidad de la mujer queden atrás.
Un besopio
Si Miguel, por fin tenemos la temperatura y el cielo a que estamos acostumbrados.
ResponderEliminarAnoche fue final de carnaval y la noche estuvo maravillosa, el mar tranquilo y la brisa apenas se notaba al caminar por la orilla mientras veíamos los fuegos. Una experiencia linda.
En cuanto a lo de la poesía, es un género al que me da un poco de respeto acercarme, por eso no hago mucha, prefiero los cuentos y los sueños.
Verdad que si amiga? Yo estoy cansada de escuchar hablar de la mujer con palabras absurdas o ideas preconcebidas que no tienen nada que ver con nuestra realidad.
ResponderEliminarMenos mal que ahora, cada vez hay más mujeres que hablan por ellas mismas.
El juego entre pasado, presente y un futuro no claro es siempre seductor.
ResponderEliminarMe gustó mucho lo simple y provocador del texto.
Una mujer amazona vale lo que mil poetas hombres.
La mayoría de veces uno es feliz con estas cosas tan emotivas. Me encanta. me imagino siendo ella.
ResponderEliminarbesoos