La buganvilla levanta la vista, apoyada en la higuera loca, para mirar el mar. Hoy está bravío y la planta vuelve sus flores a tierra, entre el salitre y la arena.
Vendrán días espléndidos en que la higuera se cubra de hojas, e incluso se atreva a cuajar algún cabrahigo, allá en verano, para alimentar a las gaviotas.
Mientras tanto, la buganvilla nos deja nuevas promesas de primavera, esperanza de que vendrán días de sol, para disfrutar de la recacha mirando al mar, bajo las flores.
Textos y fotografías de Piedra
¡Qué fotazas, Piedra!Y qué paisajazos jajajajaja
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