Quien quiera participar activamente y subir textos o abrir foros de debate, no tiene más que escribir un comentario en el foro con su correo electrónico y se le darán privilegios para postear.
Salud y fuerza

viernes, 28 de diciembre de 2012

Mazagón, Huelva. Costa de la luz.






Érase un bosque de pinos, colgado sobre el acantilado, mirando la mar oceana.
Para los aficionados a mis letras, diremos que los pinos son Pinus pinea (pino piñonero o parasol), algunos centenarios, como el  magnífico ejemplar a las puertas del Parador de Turismo, y todos uniformados en su altura en la lucha por buscar el sol, formando un tapiz ondulado cuando se tiene la suerte de verlo desde arriba. Desde el suelo, un laberinto de troncos con el techo verde por sombrero.
El acantilado de dunas fósiles plío-cuaternarias, con arenas eólicas, medías-finas, blancas o amarillentas y algunos niveles delgados de conglomerados.
Se comprueba el retroceso del acantilado, por el ascenso actual del nivel del mar, con derrumbes recientes, que lo mantiene activo en sus 30 m. de potencia.
En la playa de arenas finas y con algunos niveles conchíferos, podemos observar, entre otras formas sedimentarias, las marcas de olas, corrientes y canales de mareas.
Y la mar, tan cambiante como bella, a lo largo del gran arenal abierto a todos los soles.

Piedra

Entrada completa en : http://miguelbueno.blogspot.com

viernes, 21 de diciembre de 2012

Barullos navideños (cuento de Navidad)


Cuando nacieron los trillizos, todos interpretaron que eran los señalados, primero porque nunca habían nacido tres a la vez y además porque ese día hallaron una flor roja, muy hermosa, con un aroma que estaba para comérsela. Pero no osaron hacerlo.
Cuando los tres hermanos crecieron, el jerarca les dijo. —Sois los elegidos. Vendrán tres reyes de Oriente, que es un lugar que está muy lejos y donde los días son largos y cálidos y no hay nieve como aquí, sino que luce un sol radiante. Esos soberanos os llevaran con ellos, vosotros seréis sus monturas y llevareis muchos regalos a los niños del mundo entero. Repartiréis felicidad.
Un día apareció un anciano y pidió ver al jerarca, después, éste habló con los trillizos.
—He aquí a vuestro dueño  –les dijo.
—Pero… ¿Él es un rey de Oriente?—preguntó el primer reno trillizo.
— ¿No eran tres?—inquirió el segundo.
— Tiene aspecto de ser de aquí –dijo el tercero.
A lo que respondió el viejo.
—Los tres reyes de los que habláis son de otra ruta, más al sur. Soy Papá Noel; vuestro amo.
Entonces el jerarca reno, carraspeó y dijo.
—Algo falló en el oráculo; como erais tres y sus majestades también pues yo… ¡Claro, por eso hablaba de camellos! Creí que era una pifia sibilina. Pero bueno, vais a hacer lo mismo, sólo que distribuiréis los regalos  por el norte.
— ¡Pero nosotros queríamos bañarnos en las playas del Caribe! –clamaron los trillizos a la vez.

jueves, 20 de diciembre de 2012

El sol y el viento


 

A buena altura sobre el bosque y ocultos detrás de la densa pantalla de las nubes, el sol y el viento seguían su discusión, que sostenían desde tiempo inmemorial, sobre cuál de ambos era más fuerte.
-¡Claro que lo soy yo! -insistió el sol-. Mis rayos son tan poderosos que puedo chamuscar la Tierra hasta reducirla a negra yesca reseca.
-Sí, pero yo puedo inflar mis mejillas y soplar hasta que se derrumben las montañas, se astillen las casas convirtiéndose en leña y se desarraiguen los grandes árboles del bosque.
-Pero yo puedo incendiar los bosques con el calor de mis rayos -dijo el sol. -y yo, hacer girar la vieja bola de la Tierra con un solo soplo -insistió el viento.
Mientras estaban sentados disputando detrás de la nube, y cada uno de ellos profería sus jactancias, salió del bosque un granjero. Vestía un grueso abrigo de lana y tenía calado sobre las orejas un sombrero.
-¡Te diré lo que vamos a hacer! -dijo el sol-. El que pueda. de nosotros dos. arrancarle el abrigo de la espalda al granjero, habrá probado ser el más fuerte. -¡Espléndido! -bramó el viento y tomó aliento e hinchó las mejillas como si fueran dos globos.
Luego, sopló con fuerza... y sopló... y sopló. Los árboles del bosque se balancearon. Hasta el gran olmo se inclinó ante el viento. cuando éste lo golpeó sin piedad. El mar formó grandes crestas en sus ondas, y los animales del bosque se ocultaron de la terrible borrasca.
El granjero se levantó el cuello del abrigo, se lo ajustó más y siguió avanzando trabajosamente.
Sin aliento ya, el viento se rindió. desencantado. Luego, el sol asomó por detrás de la nube. Cuando vio la castigada tierra, navegó por el cielo y miró con rostro cordial y sonriente al bosque que estaba allá abajo. Hubo una gran serenidad. y todos los animales salieron de sus escondites. La tortuga se arrastró sobre la roca que quemaba, y las ovejas se acurrucaron en la tierna hierba.
El granjero alzó los ojos, vio el sonriente rostro del sol y, con un suspiro de alivio, se quitó el abrigo y siguió andando ágilmente.
-Ya lo ves -dijo el sol al viento- A veces, quien vence es la dulzura.

Salud amigos!!!!!


Y que el próximo año nos veamos más seguido.

martes, 18 de diciembre de 2012

El burro flautista






Esta fabulilla,
salga bien, o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.

Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.

Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.

Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.

En la flauta el aire
se hubo de colar;
y sonó la flauta
por casualidad.

Oh! dijo el borrico:
¡qué bien sé tocar!
¡Y dirán que es mala
la música asnal!

Sin reglas del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.



Fábula de Tomás de Iriarte (Para mi Pitufa)

lunes, 17 de diciembre de 2012

Felicidades




Que las luces de los mares os lleven a encontrar la felicidad.

Expresiones.

Piedra

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El zorro y el cuervo

Cuando éramos pequeños, nuestro padre, gran maestro, nos educaba con fábulas, esta era una de mis preferidas, porque pienso que quien se acerca a la humildad, roza la grandeza.
 
EL CUERVO Y EL ZORRO 
 
En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico
estaba el señor Cuervo. 
Del olor atraído
un Zorro muy maestro,
le dijo estas palabras,
o poco más o menos:

“Tenga usted buenos días,
señor Cuervo, mi dueño;
vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo;
yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento;
que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
junto a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo,
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios.”
Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado,
quiso cantar el Cuervo. 
Abrió su negro pico,
dejó caer el queso;
el muy astuto zorro,
después de haberlo preso,
le dijo : “Señor bobo,
pues sin otro alimento,
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,
digerid las lisonjas
mientras yo como el queso".
Quien oye aduladores,
nunca espere otro premio.
                     Félix María Samaniego

Dos mares, dos sueños.



Riela el mar
de contento
ante la belleza
de la tarde.
Vibra la luz
al grácil vuelo,
libres como la brisa,
sin rumbo cierto.
Destino:
el azar del viento.
Otros mares, otros sueños.
Días venideros
de luz y algarabía
fuera del tiempo.
En estos mares del sur,
tan lejos de la mar cántabra,
donde vieran aquella luz
primera, tan bella.

Piedra



 http://miguelbueno.blogspot.com



lunes, 10 de diciembre de 2012

Mérida, (Emerita Augusta). Extremadura.


Las doce cigüeñas y los siete buitres delimitaron  con su vuelo un espacio junto al vado del río Ana, y los augures vinieron a señalar que Emerita Augusta  sería el asentamiento de los soldados licenciados (eméritos) de las guerras Cántabras: la legio V Alaudae y la legio X Gémina.
De esta forma en el 25 a. C. Publio Carisio por orden de Octavio Augusto funda la ciudad en un asentamiento prerromano.
La historia, hasta el 1993 en que el Conjunto arqueológico de Mérida es declarado  Patrimonio de la Humanidad, tiene diversos avatares.
De capital de la Lusitania con los romanos,  pasa a capital del reino visigodo de Hispania con Agila I y en el 713 es conquistada por los árabes con Musa Ibn Nusair.
En 1230 cae en manos cristianas y el 1983 es designada capital de la comunidad autónoma de Extremadura.
Aunque el legado prerromano, árabe y cristiano es importante, el romano es de tal calidad que no me queda sino señalar la referencia de Wikipedia:
Legado romano
Tengo que recomendar la visita al Museo Nacional de Arte Romano del arquitecto Rafael Moneo, él solo, bien vale el viaje a Mérida.
Piedra



Entrada completa en: http://miguelbueno.blogspot.com

domingo, 9 de diciembre de 2012

Mi Buenos Aires Mojados...

Yo creia que sólo llovia por el sur de España, y que era en Málaga donde los autobuses nadaban, pero mirad lo que encontré en el fb el día 6 de diciembre, finales de la primavera austral.
Mabel ¿Dónde y cómo estás?

jueves, 6 de diciembre de 2012

La culpa fue del mago


A ella lo que más le gustaba era estar al día de cuanto le rodeaba, le encantaba saber qué hacían aquellos, ella o aquél, y no es que tuviera un interés malsano, simplemente le gustaba saber cosas acerca de los demás. 
            Todos los días recorría las calles en busca de información, a veces, las veinti-cuatro horas no eran suficientes, lo que la obligaba a limitar la extensión de su territorio para evitar el cansancio de su cuerpo, hasta que aprendió a escuchar solo lo que le llamaba la atención y lo que consideraba importante, sabía calcular qué tiempo le daba a la pared, a la farola de la esquina, al tacho de basura a las ventanas, puertas o árboles que vigilaban las calles de su barrio. 
            Aún así, su cuerpo parecía debilitarse por momentos, sus pies se hinchaban y muchas noches no podía regresar a su refugio, lo que la obligaba a camuflarse entre las hojas de las copas de los árboles o en papeles sucios y arrugados arrastrados por el viento,  que veces, se convertía en su peor enemigo.
 
             En esos momentos de apuro, evaluaba la posibilidad de contactar con el mago de los mocos verdes, a ver si le ayudaba con algún artilugio que le permitiera estar al tanto de las acciones de los demás sin moverse mucho de su refugio. 
            Y esa noche, precisamente estaba en un apuro gracias a ese maldito viento que la iba alejando cada vez más de su refugio y que parecía no tener ningún deseo de parar; en su desesperación invocó al mago de los mocos verdes, le susurró ayuda pero pasaban los segundos y el mago no aparecía, esto la obligó, ya desesperada a gritarle temiendo que con los años se hubiese vuelto sordo como una tapia. 
            Por más que gritó hasta que su garganta empezó a sangrar, el mago no dio señales de vida, rendida y exhausta estaba a punto de abandonarse a su mala suerte, cuando algo apareció entre sus dedos. Era un objeto oblongo, de bordes armoniosamente redondeados y cuyo centro era frio y duro, mientras que la parte inferior terminaba en una especie de mango que se adaptaba perfectamente al contorno de sus dedos.             Su cerebro le informó que se trataba de un antiguo espejo, pero esta certeza la desconsoló aún más, ¿qué diablos iba a hacer ella con un espejo? Sin duda el mago había perdido todas sus facultades, ahora si que no había salvación. 
            - No lo creas así, le dijo el espejo, sé que mi reputación me precede y todo el mundo me asocia con aquello que ellos quieren ver, aunque saben que no existe en realidad, créeme yo puedo serte de mucha ayuda. 
            - No veo como puedes hacerlo en estos momentos que carezco de voluntad y que el viento juega a su antojo con mi cuerpo.            
            - Ah, déjame obrar sin intentar saber, necesito tu confianza, sólo así podré ser útil. 
            Ella le dio autorización, no tenía nada que perder, si el espejo tenía éxito se salvaría, sino, acabaría sus días en medio de la nada. 
            En un segundo empezó a sentir que su cuerpo se despedazaba y se arrepintió de haber confiado en ese estúpido espejo, sin embargo no tuvo tiempo de lamentarse mucho, su cuerpo era ahora un cúmulo de formas que se iban fijando a una hoja en blanco hasta llenarla completamente, luego le colocaron encima un paño cálido y todo fue oscuridad. 
            Muchos años después, una luz dispersó las tinieblas y una voz fue uniendo las letras que formaron su cuerpo hasta que empezó a reconocerse, volvió  a sentir el afán por saber cosas de los demás, sin embargo las palabras que salieron de sus labios fueron: ¿quién es la más bella?


Esa es otra historia


Yo empecé a sospechar que la abuela se traía algo entre manos cuando vi que recogía semillas rojas y teñía las lanas de sus ovejas, sin embargo ella solo cantaba. Si le preguntabas ¿cómo amaneciste hoy abuela?, ella me miraba a los ojos y abría sus labios para cantarme que se encontraba muy bien. Yo le inventaba cada semana pretextos a mi madre para pasar más tiempo con ella, me gustaba oír su voz desafinada en medio del silencio terrenal. 
            Su voz llenaba mi alma de alegría, aunque a veces graznara como un cuervo, a mi eso no me importaba, creo que había algo más detrás de esos sonidos que salían de su boca, lo que me hacía buscarla cada vez con mayor apremio, claro, esto me alejaba cada más de mi madre, porque de sus labios sólo salían órdenes, deberes, obligaciones. Muchas veces me despertaba sudando porque había soñado que no había sido lo suficientemente correcta, o amable o servicial y mi madre me castigaba por ello. 
            No es que odiara a mamá, simplemente me aburría de seguir esa ruta que ella cumplía cada segundo de sus días, aunque me avergonzaba por esos sentimientos, no podía evitarlos, estaban ahí aunque yo metiera dentro de mi toda la buena intención de que era capaz. 
            En cambio la abuela no trazaba rutas, la abuela se lanzaba con los ojos cerrados y la boca abierta a sus horas de vigilia, supongo que porque ya no le importaba nada y eso debe ser muy bueno para que los ojos brillen de esa manera y la felicidad se cuele por todos los poros de la piel. 
            Caminando un día a casa de la abuela, una voz me susurró, o brotó de alguna parte de mi cerebro qué talvez no debería preocuparme por estar con un pie en el mundo de la abuela y otro en el de mamá, qué quizás existiese un segundo, o un tercero o un número infinito de mundos agazapados detrás de las hojas de los árboles. 
            El interrogante se me clavó como un cuchillo entre las costillas, eso podría ser, deberían existir millones de mundos, pero cómo podría visitarlos, o verlos, aunque fuera de lejos, o palparlos si se hicieran tangibles. El ceño se me arrugó, la boca se me torció en un feo gesto de duda y los dedos se anudaban dentro de mis bolsillos tratando de contar el número posible de mundos que podría tener a mi alcance.            Ese día caminé sin sentido ni rumbo, necesitaba aclarar mis ideas, despejar ese interrogante que ya empezaba a pesarme, necesitaba saber, aunque por debajo de mi razón, una voz me susurraba que debía ir a ver a la abuela o si no se preocuparía, o volverme a casa junto a mamá, pero no podía dejar de caminar. 

              - ¿Y qué pasó con la niña mamá? 
            - Aquí dice que un lobo… pero eso es otra historia.

martes, 4 de diciembre de 2012

Trujillo, Cáceres.

Aunque ni el caballo, ni el casco, ni la espada, ni el caballero correspondan con la realidad histórica, el escultor norteamericano Rumsey supo idealizar la figura de Francisco Pizarro, conquistador de Perú, natural de Trujillo (Cáceres), en la estatua que se encuentra en la plaza mayor del pueblo, idéntica a la que hay en la ciudad de Lima, que fundara el mismo Pizarro.
En el casco viejo de Trujillo,  en el pequeño museo a la hazaña de Pizarro, llama la atención  que  aunque los incas no conociesen el hierro y sus armas “rompecabezas” fuesen de piedra con mango de madera, sólo 180 hombres conquistasen todo el gran imperio Inca.
Trujillo según el censo de 2010 tiene 9.696 habitantes, se puede decir que una centena por monumento y para no hacer cansada la relación de iglesias y casas solariegas, os paso únicamente la de sus palacios sacada de Wikipedia.
Palacios y casas fuertes
  • Palacio de los Marqueses de la Conquista;
  • Palacio de los Orellana-Pizarro;
  • Palacio de los Duques de San Carlos;
  • Palacio del Marquesado de Piedras Albas;
  • Casa fuerte de los Altamirano;
  • Palacio de Chaves (Luis de Chaves el Viejo);
  • Palacio de Lorenzana;
  • Casa fuerte de los Escobar;
  • Casa de los Chaves;
  • Casa de la Cadena;
  • Palacio de Santa Marta;
  • Casa del Peso Real;
  • Palacio de los Barrantes-Cervantes;
  • Palacio de Juan Pizarro Aragón;
  • Palacio municipal o alhóndiga 
Como podéis comprobar, bien merece una visita.
 
Más fotos en http://miguelbueno.blogspot.com
 
 
 
Piedra

viernes, 30 de noviembre de 2012

Noche de brujas


Aquella noche maldita, Eustaquio supo que las brujas estaban jugando con él, cuando su asno, ese animal fiel que siempre lo llevaba a la vivienda de su novia, no sabía como regresar a su propia casa.
El camino que Febo, el burro, se sabía de memoria, de pronto parecía un laberinto imposible de salvar y a cada recoveco del camino Eustaquio y su rucio, volvían a empezar la ruta.
Febo rebuznaba despavorido mientras que el hombre, subido en su grupa, desfallecía de terror. Vueltas y revueltas hasta que amaneció y por fin pudieron regresar a casa, sanos y salvos, pero sin corazón en el cuerpo.
Cuando Eustaquio fue a ver, esta vez a pleno día, a su novia Fidelia y le narró la odisea, ella le confirmó.
—Era noche de aquelarre y las brujas danzaban en el llano. Da gracias a Dios de que no te ocurrió nada ¿Llevas el escapulario que te dio tu madre? Eso te salvó.
El hombre asintió aferrando con su mano el colgante con santa Policarpia, patrona de los perdidos.
— ¿Me lo dejas? —preguntó ella melosa— es que mi casa está aislada y tengo miedo.
El  enamorado lo desprendió de su cuello entregándoselo.
— ¿Vendrás a verme esta noche? —inquirió ella mientras guardaba la reliquia.
La sonrisa maléfica de Fidelia, que acrecentó la verruga de su nariz, cuando veía marchar a su amado en el burro, hubiera puesto el pelo de punta al novio y a su pollino. Si la hubieran visto.      

sábado, 24 de noviembre de 2012

Para mis DES-generados

Carrera Solidaria: Día 25 de Noviembre.
MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Las niñas y los niños de las Mellizas pensamos que aunque los hombres y las mujeres no seamos iguales físicamente, en el seno de la familia tenemos los mismos derechos y el derecho principal, sobre los otros, es el cariño y el respeto.
Por ello, pedimos a nuestros padres, madres, maestros y maestras, que no hagan distinción de género en nuestra educación, que podemos y queremos aprender las mismas cosas y jugar a los mismos juegos.
Que tengan muy en cuenta que la "violencia" nunca enseñó nada, sólo a ser violentos.
Si hay que cambiar leyes, que las cambien.
Si hay que castigar más, a los que no cumplen la norma del respeto a su familia, que se les castigue.
¡No queremos más familias rotas!
¡Que nos preparen un futuro mejor! 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Barbarie


Me quedé horrorizada cuando el agente me avisó para reconocer el cadáver; después de varias horas extinta causaba mucha impresión, las tumefacciones debido a los golpes le habían desfigurado el rostro. Cualquier otra persona hubiese dudado de su identidad, yo, por supuesto, reconocí a mi difunta hermana.
Finalmente el detective acusó al mayordomo del asesinato y aunque él gritaba que era inocente, todas las pruebas le acusaban. No hubo dudas.
Acaba de terminar el sepelio y me dirijo a casa. Mi hermana ya descansa en su panteón, no puedo decir que en paz, es posible, si existe otro mundo, que se remueva en su tumba.
No puedo evitar sonreírme al recordar cómo me pedía clemencia, ella tan enérgica y dueña de sí misma. El último golpe que le asesté, con su estatua predilecta, fue por puro regodeo porque ya estaba muerta.
¿Y yo?, pobre mujer, tan desolada, sin más familia para compartir mi dolor, sola con la pena y sola con la herencia, la de ella y la que era mía por legítima, indivisa, tal como querían mis dilectos padres. Si la heredera era ella y ahora soy yo no tiene mayor importancia; somos de la misma sangre.
  

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ya no te quiero desnudo


 Si antes te quería desnudo, hoy he cambiado de opinión. Ya no te quiero, no te quiero libre de fantasmas, ni de amores antiguos, ni nuevo, ni salvaje, tampoco te quiero con lastres sobre la espalda, simplemente ya no te quiero.
            No te quiero aunque sigas viviendo dentro de mi, no quiero tocarte, ni besarte, ni hablarte, me he quedado al pie de tus murallas, he mirado hacía arriba y he visto la fortaleza que te rodea, he agachado la cabeza, he recogido mis anhelos, los he guardado en mi maleta y he dado la vuelta.
            No he podido caminar, no he podido alejarme y sin embargo, aunque palpites a mi lado, no te quiero más. Intento irme, aún no puedo, pero sé que cualquier día de estos mis pies me alejarán de ti, entre tanto no bajes de tu castillo, y si lo haces, no te acerques a mi, no me mires, continua ignorándome, así sabré lo que tengo que hacer, aunque me lleve toda la vida en ello.


Te quiero desnudo


 Cuando vengas a mi cama te quiero desnudo, deja ante la puerta tu ropa, pero también tu vida pasada, tus sueños, tus ilusiones, tus amores antiguos, tu saber y tu razón.
            Te quiero desnudo, te quiero vivo en mi cama, quiero incluso que olvides las palabras aprendidas antes de mi, te quiero limpio, transparente, nuevo, como si acabaras de nacer.
            Te quiero sin huellas de caricias antiguas, te quiero ignorante de paisajes eróticos, te quiero liso, llano y salvaje, te quiero desnudo como si fueras el primer hombre de la tierra.
            Te quiero así porque así me he transformado, porque también seré la primera mujer en la tierra y porque cuando duermas a mi lado, cuando mi respiración se una a la tuya,  mi calor al de tu cuerpo, lograremos ser dos humanos que se aman.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Cuidadora de sueños



            "Cuando te acuestas con alguien y respiras su mismo aire, no puedes evitar que los demonios que exhala se introduzcan en tu cuerpo", eso le habían advertido al firmar su contrato de trabajo, desgraciadamente, ellos no contaban, por ahora con ningún antídoto para protegerla, por eso pagaban tan bien y asumían que jamás ninguna de las chicas sobrepasara el período de prueba.

            Su trabajo consistía en acompañar a los clientes, hombres o mujeres, en el sueño, jamás tener sexo con ellos, pero sí brindarles el calor de su cuerpo en la misma cama, una sonrisa en el momento en qué despertaran y una voz tranquila por si tenían pesadillas.

            Lucía aceptó. En ese preciso momento de su vida no tenia cerebro para analizar las ventajas o inconvenientes de ese empleo, le daba igual; una especie de cansancio la invadía, consciente de que su cuerpo iba por un lado y su cerebro por otro, en una sucesión de altibajos que la dejaba sin aliento. Tenia que hacer algo, pero no encontraba la forma de unir de nuevo carne e intelecto, no podía resistir tantos días de vagar por las calles, de sentarse en los bancos de los parques desde la mañana a la noche, tampoco la visión del mar la confortaba, la separación parecía definitiva, no solo de su cuerpo y de su cerebro, sino del mundo, de la realidad que contemplaba como quien va a ver una película, ellos estaban más allá de la punta de sus dedos, no podía tocarlos, no podía rozar esa vida que pasaba delante de ella tras ese cristal fronterizo.

            Lucía quería formar parte de la vida, lloraba mientras caminaba por las calles de la ciudad, aunque las lágrimas no le aligeraban el alma, se sentaba en los parques con ese enorme signo de interrogación sobre la cabeza, y ese trabajo la vincularía de alguna manera a la vida, aunque fuera vigilando el sueño de los otros.

            Empezó una noche de noviembre, había llovido sobre la ciudad todo el día, sin embargo, Lucía que tanto disfrutaba de la lluvia, ese día, sintió con dolor, que incluso la lluvia se hallaba tras ese cristal. Estuvo unos diez minutos contemplandola, aspiraba fuerte tratando de olerla hasta que las agujas del reloj la obligaron a vestirse y maquillarse para asistir a su nuevo empleo.

            Recordó una a una las indicaciones de su empleador, no debía ser llamativa, no debía maquillarse mucho, su perfume tenía que ser suave, algo floral y dulce, era lo más adecuado; en cuanto al cabello, debía permanecer suave, brillante y perfumado conservando un peinado natural, para que cayera sobre sus hombros.

            Al llegar al hotel, debía subir hasta el último piso, allí encontraría una encargada que le daría las últimas instrucciones, le entregaría la ropa para acostarse y le suministraría bebidas recomendadas para no dormir, ese era el reto, No dormir y mantener durante la vigilia la sonrisa y  la paz que buscaban los clientes.

            La primera noche, a pesar de su voluntad, se durmió un poco, perdió la sonrisa por dos horas y la paz desapareció, sin embargo logró representar su papel y cumplir con lo pactado. Su cliente, una mujer de unos sesenta años, fue muy amable con Lucía, se despertó a eso de las cuatro de la madrugada, le tomó la mano y en un susurro le pidió un poco de té.

            La noche siguiente se presentó un hombre de negocios, seguramente un alto ejecutivo de una multinacional, esta clase de clientes eran mayoría, aunque también esposas de millonarios nacionales,  y muchos extranjeros.

            Con el transcurrir de los días, Lucía se fue habituando a su nueva rutina, poco a poco su cuerpo fue obedeciendo las reglas impuestas, hasta que finalmente dejo de tener sueño, la sonrisa siempre afloraba en el momento oportuno y la impasibilidad, era más bien un placebo de lo que se conoce como paz.

            Ya no caminaba por las calles, ni se sentaba en los parques con el enorme signo de interrogación sobre su cabeza, ni se pasaba horas contemplando el mar, tampoco había logrado traspasar el cristal que la separaba de la vida, aunque había encontrado una misión: sacaba a pasear los demonios de los clientes, los llevaba al parque, a la playa o a los bazares, les compraba algodón de azúcar y luego los devolvía a sus dueños, no lograba cambiar su naturaleza, pero durante esas horas sus clientes se libraban de ellos y eso era un alivio… incluso para ella, porque una madrugada se dio cuenta que sus propios demonios iban a parar a los cuerpos de sus clientes. No era un mal trato.