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Salud y fuerza

domingo, 17 de marzo de 2013

La vida y un amante

Las pestañas enredadas en el pasado asfixian el presente, sin embargo un aliento cálido, como cuando me hablabas al oído, sopló entre ellas y me dejó entrever un muro blanco.
            No es más que una pared de ladrillo, piedra o roca, o cristal. Una pared que impide el paso, que limita y encajona.
            Solo bastaría otro aliento tuyo para que al mover mis pestañas la pared blanca se convirtiera en nube gaseosa para atravesarla y encontrar una vida y un amante.
            Las uñas rojas cascan un huevo sobre el borde de la estufa, el pulgar se hunde, rasga y la clara se escurre provocando un chisporroteo, como un lamento que rompe el silencio de acciones solitarias… entonces, quizá, la vida y un amante.

Ahí te dejo



Yo estaba lanzando palabras sobre el puente a ver hasta donde llegaban, así, como quien respira. Cuando sentí sus pasos a mis espaldas.
            Muy lindo te has puesto, ¿a dónde vas? vestido así y con tus demonios en esa mochila. 
            - ¿Cómo sabes que son mis demonios?
            - Se están retorciendo dentro de la bolsa.
            - Ya sentía yo algo molesto golpeando mi espalda. Bueno, me voy.
            - Adiós.
             Se alejó. Sus pasos eran decididos, la bolsa se retorcía como si estuviera viva. Guardé sus palabras frías en mis manos hasta que empezaron a quemarme, entonces decidí tragármelas como si fuera una amarga medicina y al cabo de un rato las lancé sobre el puente.
             Ya no queda nada de tí - pensé cuando miré el puntito negro en que tus palabras se habían convertido reverbereando en la distancia.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Crónicas del miedo.

 Hoy tengo el gusto de presentaros un libro en el que he colaborado.

Antología de relatos de terror es un proyecto literario solidario de quince escritores y una ilustradora.
La recaudación obtenida por la venta de este libro será destinada íntegramente a fines solidarios a través de la organización Col.lectiu Soterranya de Torrent (Valencia).

Sinopsis:

Una puerta se abre, en algún lugar, no lejos de aquí. Está oscuro, y aún así, una luz mortecina se cuela tras nosotros para hacer aún más aterradora la oscuridad. Sospechamos que al otro lado hay algo, o alguien, de este mundo o de otros; hay una certeza en esa intuición mientras damos el primer paso, mientras salvamos la primera página, sumergiéndonos en la penumbra del miedo… Como la protagonista de la portada, el lector es invitado a ingresar a esta casa, a penetrar en sus quince habitaciones; cada una atesora una historia, un misterio, un horror silencioso a la espera de ser revelado a la luz de las pupilas. Quince invitaciones de otros tantos autores que se han citado en esta noche de ficción, en esta casa de miedos racionales e irracionales, de mansiones terroríficas, experiencias más allá de la vida, pesadillas conscientes, o insectos espantosos…





Podéis adquirir el libro mediante descarga en formato eBook a través de la plataforma Amazon.



 AUTORES

Ray Adam  -  Miriam Alonso  -  Susana Barrientos  -  Kel Báthory  -  Karla M.Carlotti
Aroa González  -  Jesús González Martínez  -  J.Monmar  -  May Lloret Barberá
Santiago Marchán  -  Ana Nirvana  -  Laura R. Díaz  -  Beatriz T.Sánchez
Enrique Tamarit  -  Ginés Vera - y la ilustradora Anaïs Gálvez.

Por: Kel Báthory

El paquete




Altas horas de la noche, un autobús se detiene en la parada. De él se apea un obrero y detrás, muy despacio, una pareja de ancianos. Se alejan calle abajo. El chófer se percata de que alguno de ellos se ha dejado un paquete; deja que se vayan.
Con avidez  abre el envoltorio. Dentro hay una caja y al destaparla  surge otra y luego otra, hasta siete. En la última halla una nota.
“Si tu curiosidad te ha llevado a apropiarte de algo ajeno, es que mereces un castigo. Para librarte de él, debes hacer 32 fardos similares a estos. Tienes dos horas  para dejarlos “olvidados” por la ciudad. Si no lo haces, pronto verás como la miseria entra en tu hogar, luego morirá el familiar tuyo más querido. Tú enfermarás de un extraño mal que ningún médico podrá curar”
El chófer sonríe, —una broma— piensa y arranca el vehículo. ¿Pero quién se dedica a hacer burlas tan macabras? La gente es rara…El jornalero debió ser, seguro, ¡qué sinvergüenza!... ¿Dos horas? ¿Y dónde consigo yo tantas cajas a estas horas?  ¡Dios mío qué mi niño no empeore! Esa fiebre de esta mañana… ¿habrá algún almacén abierto aún? ¡Maldito obrero del demonio!
Calle abajo los dos ancianos caminan silenciosos; después de bajar del autobús sólo les queda un bulto, lo dejan furtivamente en la puerta nº 26 y siguen andando, callados.
Al doblar la esquina, la vieja suspira con alivio— Prométeme Emeterio, que nunca más volverás a recoger nada que no sea tuyo.