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Salud y fuerza

martes, 31 de diciembre de 2013

Historia de un árbol Sr Noche (Para Espuma)

Historia de un árbol Por mi amigo Sr. Noche

Más allá de las estrellas, en la Ciudad de la Luz, estaban preocupados. En la tierra, no sentían el ritmo de la vida. Enviaron al Espíritu que anima todas las cosas con un mensaje.

Lo dejó para que todos lo vieran. Las raíces, profundas; las ramas extendidas al Universo. Desde entonces, recorre las estaciones. En el verano, prodiga sombra y refugio. El otoño lo desnuda preparando su muerte. Luego, frío y silencio. Un día, su piel se abre; vuelve a ser semilla, promesa de flor, fruto y nido.

Colocaron presentes bajo sus ramas. No comprendieron pero el mensaje permanece.

Juan José Noche (Atramentum)


Para los que creen, para aquellos que el dolor les endureció el corazón y no creen, para los que tienen la infinita necesidad de creer, es mi deseo, que un día cualquiera, su almanaque vuelva a cero, y puedan ser semilla, promesa de flor, fruto y nido. Felicidades, desde mi corazón mas lejos que cerca de este mundo.

martes, 8 de octubre de 2013

Descarga el libro Crónicas del miedo Gratis por unos dias.

Saludos ^^

Os comunico que desde ayer Lunes 7 de Octubre hasta este Viernes 11 de Octubre, podéis descargaros de forma completamente gratuita, la antología de relatos de terror “Crónicas del miedo”.

En ella, podréis leer mi relato “Reflejos del alma” con el que he colaborado y el relato que abre la antología de manera magistral “La cerradura” por el autor Ray Adam. Además de 13 estupendos relatos de terror de otros compañeros y la fantástica ilustración de portada.

Tan solo tenéis que acceder a la página de amazon.es con vuestro correo electrónico y descargar de forma gratuita el programa de lectura que más os guste, sin necesidad de disponer de un dispositivo de lectura Kindle, pues existe una aplicación de lectura de libros para ordenadores, entre otros.

¿A qué estáis esperando?
¡No os lo podéis perder! 


Colaboro con el relato "Reflejos del alma".
Para más información sobre el libro pincha en la imagen.


Por: Kel Báthory

viernes, 6 de septiembre de 2013

MERCEDES "NOFRET"- LUISMI "JIMUL"

ANTES QUE SE CIERRE RELATOS DEL ANDURRIAL, QUISE SUBIR ESTA IMAGEN DE AMBOS, JUNTOS, COMO QUISIERA CREER QUE ESTÁN. A ELLOS LES GUSTARÍA.

viernes, 5 de julio de 2013

Tarde de primavera, Lille. Francia





No tengas miedo al viento, no tengas miedo al río, no tengas miedo al mañana.
Deja los versos más bellos, al pie del árbol, en primavera.
Verás, al brotar las hojas, cómo el río y el viento recitan tu poema a la orilla del mar.

Piedra

domingo, 30 de junio de 2013

Tu









          



             Tu rostro se esconde tras las esquinas de la ciudad, tu aliento se disfraza de aire dentro de los pulmones, tu voz se agazapa tras mis palabras, tus pies caminan debajo de las huellas de los míos, te mueves al mismo ritmo que yo.
            Y sin embargo, cuando me detengo para contemplarte, cuando mi voz deja espacio a la tuya, cuando mis pulmones dejan de respirar para dar paso a tu aire, desapareces. A veces pienso que vives solo en mi imaginación, que no eres más que un sueño oculto en un cuerpo que inventé.
            Ah, la educada razón asiente, la cordura y la sensatez se confortan con estas últimas palabras mientras tu sonríes detrás de las cortinas.











Aquellas noches heladas



 


              Aquella esquina donde comprábamos los cigarrillos después de salir del cine de las nueve, aquella esquina, te acuerdas que fumábamos como desesperados antes de que la lluvia nos los deshiciera en los labios. Te acuerdas de la señora que nos hablaba de la película como si ella ya la hubiera visto, cuando en realidad repetía lo que otras parejas como nosotros, comentaban mientras compraban el tabaco o los chicles.
            Tal vez ya no te acuerdes, tal vez yo me haya evaporado de tu cuerpo como aquel vaho que nos salía de los labios en esas noches heladas, de una ciudad helada mientras la luna llena, hermosa, grande, espléndida nos miraba. Nunca te lo dije pero yo pensaba que mientras la luna llena iluminara nuestro amor… soy una ilusa, lo sé.
            Vuelvo a la señora. Ya no está. Ahora atiende su hija el pequeño kiosco, que de pequeño y roñoso ya no tiene nada, ahora es grande, limpio, con una tele y los comentarios acerca del fútbol reemplazaron las viejas películas de nuestro cine barato. El teatro si aguanta todavía, ahora se ha dividido como un mutante y de aquella sala enorme con pantalla gigante mutó en siete mini salitas donde, por suerte, dedicaron cuatro a gente como nosotros que gustaba ver películas que nadie quiere ver.
            La ciudad es diferente, aunque la lluvia sigue deshaciendo cigarrillos, la fachada del teatro conserva su estilo, el viejo Urapan sigue en pie y la luna, la luna llena también estaba ahí mirándome con toda su bocaza abierta al verme tan cambiada.
            No te puedo describir mis sentimientos en ese momento, pero por un instante me pareció ver tu espalda tras el tronco del árbol y mi cuerpo se encendió, me salieron chispas de la piel y cuando quise darme cuenta, tu cuerpo también explotaba como un fuego artificial en las noches de verano y en ese destello de tus ojos lindos, cayó sobre la palma de mis manos tu mirada, tu sonrisa, tu tibieza y el olor de tu cuerpo se abrazó al mío.
            Corrí a casa. Habías vuelto y yo tenía que bañarme, yo necesitaba limpiar mis otros amores, borrar con aroma de lavanda los otros olores y sabores. Abrí los ojos bajo la ducha y le pedí a la luna que me bañara con su luz, y ella me hizo caso; su luz se deslizó por el país de mi cuerpo para que yo pudiera renacer sin otras huellas de besos o caricias.
            Salí de la ducha sintiéndome sin pasado, ahora si podía abrazarte, ahora podría apretarme contra tu pecho, pero tus manos me detuvieron a un centímetro de tu piel, me tomaste de la mano y llevaste hasta la ventana y me mostraste tu vida con ella.
            Te habías enamorado de una frágil mujer que te esperaba en un lecho nebuloso… duele mucho susurré.
           
            - Algo más señora.
            - No, le dije y me marché de allí con tu recuerdo.