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Salud y fuerza

sábado, 10 de abril de 2010

Relojes

Estoy sentada en la mitad del autobús. No sé ya el tiempo que ha transcurrido desde que subí y el conductor parece haberse esfumado por los pasillos de la estación. Miro el reloj - ¿Cuántas veces lo he hecho en los últimos minutos? ésta manía de contar y contar - no lo aguanto más, empiezo a quejarme, primero en voz baja, luego voy subiendo el tono - quiero llamar la atención de los demás pasajeros, así que decido poner más acento enfadado a mi voz - exijo cumplimiento, esgrimo mis derechos como consumidor - vaya palabreja - los demás no se solidarizan conmigo, una señora me dice: tranquila mujer, aún no es la hora de salida, tenga paciencia.

Yo le hago ver que desde la ventana se ven tres relojes y en todos ellos hay una hora distinta, le digo que hacen eso para confundir y engañar a los pasajeros. Ella asiente y el tono de su voz se va tornando más áspero y desagradable, realmente enfadado.

Su rostro cobra una expresión casi grotesca. Ahora soy yo la que se siente incómoda, sabía que exageraba y que todo esto era ridículo pero ya no podía echarme atrás. ¿Qué habría pasado si yo ahora le decía que no era para tanto?

Finalmente entró el chófer, emprendimos el viaje, al salir de la estación, éste dio un brusco giro, el coche rueda como de medio lado… imaginé que si volcaba, mi cabeza se separaría del cuerpo por el impacto, rodaría como una pelota de fútbol cayendo, probablemente en los brazos de la señora que se mancharía con mi sangre…

Volví a sentirme ridícula… otra vez exagerando...

13 comentarios:

  1. Muy bueno, Gladys, me encantan estos textos oníricos, los narras con gracia y además me identifico con los personajes. Siempre que leo tus textos de alaprima me tienta escribir uno yo, intentaré concentrarme y atrapar alguna musa rebelde.

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  2. La primavera es un buen momento para exagerar y para esperar a chóferes que no llegan a su volante. Lo compruebo sobre todo en otoño, cuando espero esta época. En otoño soy incapaz de hacer ninguna de estas dos cosas, sin embargo en primavera me vuelvo loca.

    :-P

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  3. Creo que si Enfero, la primavera nos alborota y está bien que así sea. A veces necesitamos de esa mano invisible que nos agite, como en las figuras invernales en una bola de cristal.
    Lo malo es que tal vez no podamos controlar los resultados.

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  4. Gracias Nofret por tus palabras. Pásate por caelanoche, allí te lancé un reto, jejeje.

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  5. No lo encuentro, no lo encuentro! ¿dónde está el reto?
    Dejé cae la noche toda desordenada, revisé en los cajones, bajo las alfombras, en las bibliotecas, hasta en el baño y nada, no lo encuentro! :-(

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  6. En el relato del sueño Nofret, pero no importa, igual te lo dejo aquí Y es que te pongas a escribir yaaaaa, los sueños que tengas o recuerdes, sin disculpas, si no te acuerdas te lo inventas, vale?

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  7. Me he visto sentado en el autobús parado en la estación de Málaga, mirando al conductor tan tranquilo él en el andén y al poco andando sólo con dos ruedas.
    Tan gráficos tus relatos que se se ven como una película.
    Expresiones
    Piedra

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  8. Y a mí que me da que la socia tiene una especial tirria a los medios de transporte públicos. Debe ser porque todavía le duran los efectos de archiduquesa de la otra vida pasada... Jejejejjeje... ;-P. Como siempre, impecable.

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  9. Ah! pues entonces haré una gran mezcla con todos los fragmentos de sueños que recuerdo, armaré un texto absolutamente insoportable con ellos y tendrán que leerlo! jejeje!

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  10. Lo leeran en mis sueños, porque aún no aprendo a subir textos aquí... <:-(

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  11. Y encima escribo leerán sin acento... y baca con b de vaca larga... <:-(

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  12. Jeeee Jimul. Al contrario, me encanta el transporte público, si no, no tendría tantas historias que contar.

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  13. Nofret estamos esperando tus extractos de sueños de bacas, behículos, hojos, vocas, mesclados con tartas de seresas y demáz. Handáaaaa.

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