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Salud y fuerza

martes, 24 de mayo de 2011

Fue en Septiembre






Nota de dirección:
(Querido lector/a, pocas veces uno tiene el gusto de colgar un texto tan especial, no tanto por su calidad técnica, si no por su esencia, y ÉSO ES lo verdaderamente importante, la técnica indudablemente está bien, pero es una cosa que se aprende con el tiempo y cierta habilidad. Sin embargo el tener algo que contar y hacerlo con la emoción y el sentimiento con el que nuestra amiga Mabel lo hace, eso o se tiene o no se tiene. Aún más, Mabel es una persona que está atravesando por una de las etapas más difíciles de su vida, y que no contaremos por no venir al caso (algunos de vosotros lo sabéis), por lo cual es todavía más importante este texto. Así que, sin más preámbulos ahí va.)


Aquella mañana de Septiembre salió de su casa rumbo a la escuela, hacía tiempo que debía preparar su desayuno, peinarse sola recogiendo sus largos y enmarañados cabellos, nada le quedaba bien, tenía 10 años y no estaba acostumbrada a hacerlo sin la ayuda materna, su padre no se había preocupado nunca por ella, era muy distinto con Esmeralda, su hermanita un año menor, que habían recibido en su hogar a los 5 días de haber nacido y él siempre la había consentido, jamás le había dado ni siquiera una reprimenda, era dulce y obediente, todo lo contrario a Emilia, rebelde, nunca había acatado una orden sin que le dieran un argumento para que la cumpliera, un porqué, lo cual enfurecía a su padre. La diferencia con la cual las trataba, a Emilia no le importaba, tampoco los castigos, muchas veces inmerecidos, por su insurrección. Quería mucho a su hermana y le alcanzaba con todo el amor que les daba su madre. Miró los árboles desnudos que empezaban a cubrirse con tiernos brotes, la primavera comenzaba a pintar de un bello color verde todo el paisaje gris. Cómo disfrutaba sabiendo que estaba llegando la época estival, caminaba lentamente, abstraída por la naturaleza y luego de transitar dos cuadras comenzó a correr, llegó justo a tiempo, ya casi cerraban la puerta. En uno de los dos recreos que tenían, Emilia ya no jugaba con sus compañeritas, lo pasaba en la capilla de su colegio, de rodillas ante la Virgen, le rogaba que curara pronto a Esmeralda. Estaba totalmente segura que le concedería su pedido y se retiraba contenta.
Su escuela tenía jornada de mañana y tarde, al medio día volvían a sus casas y a las 2 de la tarde debían regresar.
Llegaron las 12 h. y mientras recorría el camino, la niña pensaba si tendría la suerte de encontrar a su tía para saciar su apetito con un rico almuerzo.
No fue así, solo estaba la vecina de al lado esperándola, amable pero con una expresión grave, inusual, sin decir nada más que:
vení querida te preparé algo para comer.


Cuando ya casi había terminado con un guisado poco sabroso, llegó su padre con una expresión acongojada que le extrañó., su rostro no era el de siempre, pero sí lo era la dureza con que la trataba, sin mediar otras palabras largó la frase:
murió tu hermana.

Encerrándose a continuación en el baño. La vecina la abrazó sollozando, pero Emilia se desprendió de sus brazos, tomó sus útiles escolares y aunque era temprano fue a su escuela, sin una lágrima, sin contar a nadie lo que para ella, no había sucedido. Se había sublevado ante el golpe de la realidad y no la aceptó. Minutos después su tía llegaba a buscarla. Aunque su reacción fue negarse a regresar a su hogar. Por primera vez sumisa, sin un solo porqué, cabizbaja y con perlas cristalinas rodando por su carita. Sólo se dejó llevar.

12 comentarios:

  1. Grande , Mabel!!! Me alegra muchísimo que te decidieras a escribir...un beso gigante

    Laura Scafati

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  2. Me ha dicho Jimul que has vuelto a escribir. Escribir es una buena terapia para la vida. Al menos eso creo yo.

    Saludos

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  3. Bonito relato.¡Tarta e arándanos para Mabel!
    Un beso muy grande para la mamá de una amiga muy querida.

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  4. Hola Mabel, me alegra muchisimo que te animaras a escribir, y espero que lo sigas haciendo. Ya sabes que esta es tu casa y siempre habrá café caliente, tartas virtuales y amigos que escuchan.

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  5. JIMUL: GRACIAS AMIGO, POR COLGAR EL CUENTO Y TUS CÁLIDAS PALABRAS.
    LAURA: ME DECIDÍ A ESCRIBIR POR LOS CONSEJOS QUE VOS ME DISTE.
    BRISNE: ES LA PRIMERA VEZ QUE ESCRIBO, NO TENGO EL TALENTO DE MI HIJA, PERO SÍ, ES TERAPÉUTICO.
    PITUFINA Y GLADYS: MUY RICAS LAS TARTAS, CREO QUE EL CAFÉ LO HACÍA VUESTRA NOFRET, TENDRÉ QUE PREPARARLO YO.
    GRACIAS A TODOS.
    BESOS Y ABRAZOS CON INMENSO CARIÑO.

    MABEL

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  6. Gracias Mabel por la contestación... el talento, bueno... todos tenemos algo de talento.

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  7. Espuma espumosa :)27 de mayo de 2011, 18:53

    Hola Mabel, bienvenida.

    Hermoso y emotivo relato has escrito, me encantó, amiga.

    Y me encantó "verte" por aquí.

    un beso muy grande.

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  8. Ahora sólo me falta verte por el Andurrial del Ripio, Mabel, a Nofret le gustaba mucho, nos reíamos tanto con sus ocurrencias...

    :)

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  9. Querida Espuma, gracias por la bienvenida y por ser tan generosa diciendo que te gustó lo que escribí. Si no fuera por Jimul no estaría colgado el cuento. Fíjate que comento como "anómino", aun no supe registrarme. Pronto aprenderé. No tengo la habilidad de tu Nofret.
    Besos y abrazos.

    MABEL

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  10. Quise decir "anónimo", ¿ te das cuenta que también tendré que aprender a escribir ?

    MABEL

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  11. Jaja, Mabel. Lo importante es empezar y hacerlo con la convicción de que lo harás estupendamente, que es lo que has hecho: escribir con talento y con estilo.
    Es muy bonito tenerte entre nosotros, saber que estás de verdad porque habitamos en tu vida, como habitas tú con nuestra Nofret en la nuestra.
    Estamos esperando el próximo que, seguro ya lo pones tú. Ya verás que los mundos virtuales se aprenden poco a poco, como sin querer.
    Y ahora, el cafetito.
    Muá

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  12. Gracias a ti Mabel, por mostrar tus sentimientos y sensaciones en este Andurrial. Todos y cada uno de los que te hemos leído, esperamos que sea la primera pero NO la única vez que nos traigas historias tan maravillosas como éstas.

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