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Salud y fuerza

viernes, 15 de junio de 2012

Maullidos de un gato negro.

Relato inspirado en Edgar Allan Poe, con el que gané un concurso de relatos de terror :) espero que os guste.


Los maullidos de aquel diabólico animal descendiente de brujas, amante de aquelarres e íncubo del diablo eran ya incesantes en mi cabeza.

Aquel felino animal de tacto peludo y color a muerte tenia encandilada a mi preciosa y adorable esposa que amaba aquella horrible criatura que me producía un inevitable recelo.
Mi embriaguez por la bebida, sumado a un estado de completa desesperación por ni siquiera tener bienes para anestesiarme de esta vida. Me sumió en un estado de cólera e irritación que me empezaba a propiciar una locura demencial.


Y en uno de aquellos ataques de exasperación se me presento el animal, mirándome con sus impenetrables amarillentos ojos hostiles que amenazaban desafiantes en atacarme con verdadera ferocidad y despertó en mi una cólera enfermiza de un instinto animal fruto de posesión del mismísimo macho cabrio de Satanás.


Agarré aquel animal de su pequeño cuello con mis manos de verdugo, mientas él no dejaba de aullar desesperado y me clavaba las largas y afiladas uñas que había sacado de sus pequeñas y mullidas huellas de gato. Clavándomelas en manos y brazos como alfileres hundidos en mi blanda y frágil carne humana. Sus uñas me perforaban y arañaban sin piedad mientras mostraba sus afilados colmillos fruto de cólera, deseos de desgarrar cualquier pedazo de piel que se pusiera a su alcance. Alcancé el cortaplumas de mi derecha e introduje despiadadamente el artefacto dentro del ojo del animal removiendo con su filo en círculos hasta percibir el crujir de los tejidos oculares que iba seccionando hasta arrancarle de cuajo aquel ojo mortuorio, que visto desde el suelo seguía emanando jugos eméticos.


El gato me observaba aun en mi mano sin dejar de maullar con su ojo fijo en mi rostro, rabiando de ira y temor se escabullo de mis manos, en busca de su salvación.


Harto de aquellos chirriantes sonidos lo seguí hasta el sótano de mi destartalada morada y con hacha en mano y mi objetivo alcanzado, le propiné con todas mis fuerzas y una ira incesante y espesa, el mayor golpe de desgracia que mi vida me debiera.


Pues en ese mismo instante mi mujer encariñada por el maquiavélico animal, se puso ante la inevitable muerte, que tuvo que alcanzar.


Y tapiada frente a unos ladrillos de fresco cemento, el gato negro sigue aullando a día de hoy su defunción, con los sollozos de aquella mujer que se interpuso ante su expiración, para salvar aquel peludo y tuerto gato, que aclamará venganza hasta que descubran mi fatídico crimen.


Si no es que locura acaba antes con mi abominable subsistencia…

Autora: Kel Báthory

2 comentarios:

  1. Jolines, que relato más escalofriante, Kel... me has dejado la piel de gallina, y lo cuentas como si el protagonista estuviese hablando y no escribiendo, me has dejado, ya te digo, trepidando.
    Y me gustó, cómo lo escribiste y cómo lo describiste... :-)

    un abrazo

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  2. Muchas gracias Espuma, jeje me alegro de haberte transmitido lo que pretendía y de que hayas pasado unos minutos escalofriantes jeje porque el relato se escribió para un concurso de Halloween así que de eso se trataba.

    Un abrazo sangrante.

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