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Salud y fuerza

jueves, 1 de noviembre de 2012

DECISIÓN

Por primera vez había decidido alejarse de su hogar, su carácter tímido y sumiso no se lo permitieron antes, desde muy pequeña se lo habían inculcado, pero ya no podía seguir soportando los maltratos de ese hombre, al que antes había querido, cuando era afectuoso y amable.
Los otros integrantes de la familia se habían ido y nunca regresaron. Los extrañaba, ellos la defendían de las agresiones que también sufrían, pero eran más fuertes para escudarse de esos golpes demenciales.
Tenía que encontrar el momento oportuno de huir, únicamente le permitía salir cuando él la acompañaba, si lo hacía solo, la puerta quedaba cerrada con llave.
Pasaron varios días esperando ese instante propicio.
Avanzada la noche, nuevamente lo vio llegar oliendo a alcohol, lo cual le repugnaba, con ese hedor había comenzado su desgracia que había ido en aumento. Como siempre, lo recibía con la cabeza gacha, no se atrevía a mirar sus ojos enrojecidos, sentía un temblor en todo su cuerpo que no podía disimular. Instintivamente se alejó y eso fue suficiente para desatar la furia. Se quitó el cinturón y con él comenzó los golpes. Correr, buscar algún refugio no la ayudaba, igual que sus gritos de dolor aumentaban la ira. Terminó acurrucada en un rincón recibiendo patadas. El hombre trastabilló cayendo pesadamente al piso y allí quedó, aletargado por su ebriedad.
Ella pudo ver la puerta de entrada entreabierta y no dudó en salir corriendo sin rumbo. Se alejó cuanto pudo hasta que sus fuerzas la abandonaron; se dejó caer en el umbral de una casa, sus heridas ya casi no sangraban. Agotada y aterida de frío quedó profundamente dormida.
Hacía unas horas que había amanecido cuando despertó. En su hogar vivía aterrada, ahora sentía pánico, no sabía donde estaba. Una pareja se acercó con evidente intención de ayudarla, pero hacía tanto tiempo que estaba distante de cualquier persona que no fuera aquel verdugo, que su cerebro le jugó una mala pasada, estaba paralizada por el miedo a esos desconocidos, le costaba abrir un ojo hinchado y enrojecido, sentía un dolor agudo en su espalda, varios coágulos cubrían los cortes causados por la hebilla de aquel cinturón y se le podían ver viejas cicatrices.
La gente que había pasado antes, algunos la habían ignorado, otros la habían mirado con lástima, ella no tenía conciencia de su lamentable y triste aspecto. Pero estos dos no tenían intención de seguir su camino, le hablaban afectuosamente invitándola a subir a su automovil; los escuchaba sin oír, sin entender una sola palabra, solo deseaba que se fueran. Pero no fue así, la llevaron contra su voluntad, no tenía ni un poco de energía para resistirse.
Durante el viaje la pareja hablaba, estaban muy contentos, -pobrecito es evidente que fue muy golpeado, -golpeada querrás decir, ¿no ves que es una perrita?, -tienes razón y si estás de acuerdo su nombre será Tina, dijo la mujer mientras acariciaba con suma ternura a su nueva mascota, que hecha un ovillo todavía temblaba en su regazo.

11 comentarios:

  1. Hola Mabel, felicitaciones, me gustó mucho tu relato, al principio creí que era una mujer la protagonista, pero la sorpresa de ser un animal no deja de retratar el maltrato que viven algunas mascotas.

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  2. También me gustó mucho y me equivoqué de género y número. Un abrazo y sigue trayendonos más historias.

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  3. Otro relato con final inesperado ¡me encantan! Mabel, eres una escritora muy buena, cuando la gente lee lo que uno escribe y siente en su alma y corazón las letras, y vive la situación, es porque se sabe escribir. Mis felicitaciones.

    Pensé al ir leyendo, lo que tú querías que pensáramos, bandida, :) que se trataba de maltrato a una persona, yo pensé el maltrato del hombre a la mujer, como Gladys Y Pitufina.

    Fantástico.

    gracias-un abrazo

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  4. Gracias por vuestros comentarios tan generosos
    queridas amigas, me alientan a seguir escribiendo.
    No fuisteis solo vosotras las engañadas por el
    final, también mis compañeros del taller :)
    Trataré de publicar mas seguido aunque mis musas
    no me acompañen como las vuestras.
    Besos y abrazos


    Besos y abrazos.

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  5. Creo que no hay ningun engaño, todos hemos leido lo que hemos leido. El cambio final, al estilo de la casa Gladys, es otra cuestión. Muy bello
    Expresiones
    Piedra

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  6. Yo tengo una historia parecida,- no en su dureza- pero me la recordó a ver si la encuentro y la subo. :)

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  7. Gracias Piedra, pensándolo mejor, no digo
    que la protagonista es una mujer, ni algo
    que lo haga suponer, las lectoras se
    engañaron solitas con su imaginación. :)
    Encuentra tu historia Espumosa, ahora que
    la mencionas quiero leerla. :)
    Besos y abrazos

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  8. Algo que lo haga suponer sí, mi apreciada Mabel, ya que todos lo supusimos :) pero ahí está la genialidad, el que leas, estés segura de lo que lees y la final, !cataplaaaam! es otra cosa. Me encantan las minis así con final insospechado.
    A propósito, ¿te has comido ya los macarrones colmados de salsa, tanta que tiene que chorrear por la comisura de tus labios, y luego mojaste pan en ella y todo? ¿Eh? Espero que sí.

    A ver...

    :)

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    Respuestas
    1. Espumosa, me gustan las pastas y el asado,
      pero nada se compara con postres chorreando
      crema, dulce de leche, merengue y chocolate.
      Rara vez siento hambre y me olvido de comer,
      si quieres tentarme descríbeme postres.
      Besotessssssss.

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  9. Valeee :) entonces te enviaré cuando pueda recetas de postres por correo, ¿vale? (si no lo olvido, claro) porque tengo la mente repleta de cosas y se me olvidan muchas :( El dulce de leche es una tentación terrible :-/ el chocolate es ya la reoca, por algo dicen que sustituye el sexo. ;)

    Pero aunque me tienten a veces estas dulzuras, no soy muy golosa, ¡en mi caso gracias a Dios! yo necesito adelgazar y tú engordar, desde luego el mundo no está compensado para nada.

    Besos "dulcitos". :)

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  10. Espumosa, gracias por ofrecerme
    esas recetas, me llevo muy mal
    con la cocina, pero tratándose
    de dulces puedo intentarlo, aunque
    no me queden bien, soy tan golosa
    que seguro igual me gustará. :)
    Si no eres golosa te mando
    besos "saladitos". :)

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