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Salud y fuerza

martes, 6 de noviembre de 2012



           Y cantaban los rapsodas
           por castillos y aldehuelas
          de las adúlteras todas
          con bandurrias y vihuelas,
          y hablaban trovas y odas
          de las damas  principales
          que hicieron propicias bodas
          con nobles... y carcamales.
          Y he aquí una letrilla goda
          de dama de alto linaje
          que siguiendo libres modas
          yació con mancebo paje.
         

        Mujer de alcurnia y nobleza,
        con marido siempre ausente,
        disfruta de la grandeza
        de las testes del sirviente;
        el esposo en su proeza,
        por batallas de occidente,
        y la esposa, con fineza,
       aunque su ausencia lamente,
       se resigna con presteza 
       en brazos del asistente.
       ¡Ay, Gabino, qué lindeza!
       ¡Ay, Gabino, qué valiente!
       ¡Ay, Gabino, qué viveza!
       ¡Hacédmelo nuevamente!



Noble adulterio


Decidme esposa mía, ¿esperareis mi vuelta sin serme infiel con otro caballero?

—Señor mío, vos sois desconfiado y no deberíais serlo; ¿acaso me he comportado desleal alguna vez, agasajando a algún gentil, después de siete años de desposados? Herís mi corazón señor, ¡pensar tan ignominiosamente de vuestra esposa! Ofendéis mi virtud por, siquiera, pensar que yo pueda seros infiel con otro caballero.

—Perdonad señora; es por mi alejamiento de vos durante tanto tiempo. No estoy acostumbrado a separarme más de una semana de vuestra presencia y ahora..., sabéis que pueden pasar meses sin ver vuestro bello rostro. ¡ No os ruboricéis! He cometido la falta de preguntaros tan desatinada necedad... perdonad señora. No ha sido mi propósito obraros quebranto. Sé que vuestra virtud es inmaculada y que vuestro recato es notorio es toda la comarca. No desconfío de vos aún sabiendo que muchos caballeros intentarán aprovecharse de mi ausencia y de vuestro candor. Tened prudencia, pues muchos serán los condes, vizcondes y toda suerte de viles galanes que tratarán de conquistar vuestro corazón y vuestro cuerpo.

—Partid esposo mío, partid sin temor con vuestros cruzados y lacayos. Yo os esperaré y cuando regreséis me hallareis tan pura como cuando os fuisteis. Tened fe; no soy dama a quien guste las lisonjas de ajenos caballeros, soy vuestra solamente y son vuestros requiebros los que deseo y vuestros halagos los que aspiro.

—Parto entonces querida mía, con el corazón regocijado y con el alma alborozada; os traeré un presente de los países lejanos a donde voy. Con Dios quedad, esposa de mi vida.

—Id vos con Dios esposo mío.

—Adiós flor de mi rosal.

—Señor mío y esposo mío, tened cuidado. Adiós.

—Regresaré colmado de honores, os lo juro. Hasta mi glorificado regreso, reina de mi alma.

—Id pues en paz. Os esperaré.

****

—Se ha ido; escucho los cascos de los caballos al galope. Ya se desvanecen, por ventura... ¡Gabino!

—Señora... aquí estoy.

— ¡Venid, venid presto! ¡Qué mi cuerpo os reclama y mi ardor es ya insufrible! ¡Amadme! Amadme con premura que mi cuerpo es quemadura y no resisto ya el arrebato.

— Pero señora, vuestro esposo... prometisteis no serle infiel.

— ¡Sois un memo Gabino!, ¿Acaso no le hemos burlado hallándose él aquí en el castillo? Venid presuroso que el tiempo apremia. Y ya sabéis lo vertiginoso que pasa el tiempo cuando es gozoso y placentero...

—Señora disculpad pero... os he oído cuando conversabais con vuestro marido y me advierto un traidor. ¡Discurrió que no le mentisteis y se fue tan regocijado conjeturando dejar en su castillo a una dama pura e inocente...!

— No le he mentido Gabino; he sido leal. Y ahora venid presto y dejaros de tantas monsergas, ¿acaso estáis ahora arrepentido?

— ¿Qué no habéis mentido? ¿Cómo podéis actuar con tanto fingimiento? Vos le asegurasteis que no os amancebaríais con caballero alguno.

—Ciertamente, eso dije. Jamás me he acostado con ningún caballero, sólo con vos. Y vos sois un humilde siervo.

—Pero...

—Gabino se nos va el tiempo...

—Jurasteis a vuestro señor que cuando regresara de la guerra os hallaría tan pura como cuando marchó.

-—Así es; ha partido siendo yo igual de virtuosa que cuando regrese. Antes de irse ya os había amado y cuando torne me encontrará semejante a cuando marchó. Igual, ni más pura ni menos. No he mentido a mi esposo Gabino, podéis quedar tranquilo.

-—Señora...

—Venid y no caviléis más ni tengáis tanto melindre. Venid al tálamo y demostradme que el tiempo puede ser arrebatado, mas no me arrebatéis los minutos con majaderías.
¡Por el cielo Gabino, que puede llegar mi esposo de un mes a otro! ¡Apuraos!
 



8 comentarios:

  1. Encontré esto, que vaya usted a saber cuánto tiempo hace que loe escribí, pero mirando mis pequeños escritos, que por cierto, soy un desastre, no los tengo ordenados y me hago líos para buscar, bueno, pues encontré este, que posiblemente ya hayáis leído, pero hará tiempo, lo mismo os gustaría releerlo o no os acordáis ya, ni siquiera recordaba yo haberlo escrito, jajjaja :) sí, lo escribí yo, pero que perdido estaba.

    Siempre me han gustado cuentecitos del medievo, novatitos ellos pero me gustan, siempre, y hubo tiempos en que escribía cosas similares, cuando las musas venían a mí.

    Besos

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  2. Uy,perdón por esos errorcillos ortográficos y de dedo. :(

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  3. Vuelve la Espuma, feliz y lisonjera, para escarnio de caballeros mal pensantes o mal nacidos. En prosa o en verso, un disfrute en tarde de lluvia calaera.
    Abrazos
    Piedra

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  4. Goza la infiel damisela
    de Gabino, su criado,
    mientras el galán se la juega
    a la espada, deshonrado.
    Y yo pregunto:¿Qué sino?
    eso de andar esperando
    tras los muros del castillo
    a que aparezca tu amo,
    tuerto, manco, hecho un rastrillo...
    Cunegunda, que redunda.

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  5. Jjajajja, :) :) :) Cunegunda, y de la Alzada, nada menos, qué genial eres, mi niña. Me hiciste reír, qué bueno. Me encantas, criatura y mira tú, yo no pensé en eso, que luego llegara el consorte echo un asco de la guerra, tanto esperar pa´na luego.

    jajjajja, ¡guapa!


    :)

    Piedra, no es que haya vuelto, es que esto estaba escrito de cuando estaba feliz y lisonjera :( ... cache en la mar salada.

    abrazos a ambos dos. :)

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  6. Espumosa, me gustó muchísimo tu texto, es excelente.
    Espero que muy pronto vuelvas a estar muy feliz y
    lisonjera, por tí porque te quiero, y por nosotros
    para que podamos disfrutar lo que te inspiren tus
    musas.
    Besotes

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  7. Gracias Mabel; a ver si vuelven las musas lisonjeras a mí "cocorota" o al menos que me visiten de vez en cuando para escribir alguna cosilla más o menos aceptable. :(

    besos a millones.

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  8. Bravo Espuma!!!!!! No dejes de mirar el baúl de los recuerdos.

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