Quien quiera participar activamente y subir textos o abrir foros de debate, no tiene más que escribir un comentario en el foro con su correo electrónico y se le darán privilegios para postear.
Salud y fuerza

viernes, 10 de mayo de 2013

Machu Picchu

Has leído historias de Machu Picchu, has conocido infinidad de fotos, pero ya en el tren hacia Aguas Calientes, no sabes por que ventanilla mirar. La selva cada vez más densa: bromelias, orquídeas y líquenes cubriendo los árboles. Arriba, en la montaña, los glaciares colgados de las peñas,  que parecen  a punto de caer.
El río de aguas turbulentas, va abriendo camino en el bosque para que pase el tren y de vez en cuando aparecen ruinas incas, enormes, colgadas de las laderas, en lugares increíbles.
Coges el autobús para ascender a Machu Picchu, te vas adentrando en la selva gracias a un carril zigzagueante y las enormes paredes de granito cubiertas de bromelias no te dejan reposar.
Pero todo es nada, cuando llegas arriba parece un sueño. Mira que lo has visto  muchas veces en libros y revistas, que habías preparado el viaje con textos y fotos en internet. No tiene nada que ver, el espectáculo te sobrecoge, no solo el poblado tan  extenso, ni los balates en pendientes que asombran, es además el lugar.
Ese circo de montañas talladas por el río que corre a los pies, la selva que lo rodea, las nubes que te van abriendo poco a poco las montañas, para que la emoción no decaiga, el tamaño de los edificios, los bloques de roca granítica tallada al milímetro para que encajen perfectamente una sobre otra. La vegetación, con orquídeas en flor por doquier, y la fauna.
Tuve la suerte de fotografiar chinchillas, que acostumbradas al paso de la gente, posaban todo el tiempo del mundo, infinidad de aves de colores brillantes, golondrinas azules, otras parecidas a nuestros gorriones, pero de collarín rojo al cuello, una bandada de loros, lagartos tomando el sol y las llamas asomadas al vacío, dando la espalda al personal.
Subimos dos días, el segundo viendo amanecer entre las cumbres de las montañas, y siempre nos sorprendió la belleza de Machu Picchu.  Si la ciudad incaica por si misma ya es una maravilla, estuviese donde estuviese, el entorno que la cobija es todo un lujo y aunque hay muchos visitantes, si sabes moverte, te parece, en muchos momentos estar solo con el espíritu del inca Pachacútec.
Piedra
 
Otros reportajes de Machu Picchu en http://miguelbueno.blogspot.com
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario