
Alquimista profesional, tuvo sumo cuidado con las proporciones de aquella fórmula magistral. Los elementos los fue eligiendo cuidadosamente. Mucha prudencia... Punto suave de locura... Ternura en dósis mortales y tozudez infinita.
Hoy su pócima ha sido tenida en cuenta por un reducto de magos eruditos. Un camino abierto a su creatividad se había abierto ante ella. Ya pertenecía a la nueva comunidad de magos de la pluma, llamada Atra.
Si, todos lloramos la huida al más alla de Atra, quizás nos volvamos a encontrar en los espacios siderales.
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Piedra
Bueno, siempre nos quedará el Andurrial. A qué si.
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