
Mr. Scrooge no se lo podía creer, el negocio previsto para la Navidad se había ido al traste. Despidió a todos sus trabajadores en aquellas sagradas fiestas. Salió vestido como un pordiosero a mendigar por la ciudad.
Fue tal su éxito que decidió convertirse en mendigo profesional. Días después, en la noche de Reyes, apareció su cuerpo en un vertedero de basura, desnudo y apaleado. Nadie lo ha reclamado. En otra parte de la ciudad unos individuos celebraban la Noche de Reyes con grandes cantidades de dinero manchado de sangre y codicia.
Una eterna cuesta de enero había comenzado para Mr. Scrooge.
Lo que se dice un típico final navideño . Eres la bomba .
ResponderEliminarBesos
Que trágico cuento y cuanta parábola nos deja. Desgraciadamente somos así, tal como lo narras.
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya cuento navideño, Jimul, viene bien para descansar un poco de tanto empalago.
ResponderEliminarUn gusto leerte y feliz navidad! ;)
¿Qué, socio, entrenando para el año nuevo?
ResponderEliminarAhí, ahí, a trabajar como un loco y depurando estilo.
¡Bien!
Besitos mediterráneos
Terrible. Pero buen cuento.
ResponderEliminarJ.L.V.
Eso le pasa por calabaza... como dirían los niños en los juegos infantiles.
ResponderEliminar