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Salud y fuerza

domingo, 1 de agosto de 2010

El armario

Como un coloso en agonía me recibió el armario en la alcoba principal, le faltaba una pata, las rejillas que adornaban la parte inferior en medio de cada pata estaban rotas y recubiertas de lodo rojo, la puerta abierta, el espejo resquebrajado en el que me quedé mirando unos instantes como grabando en mi memoria en qué ubicación del espejo aparecían mis piernas, mis caderas, mi cara, o mis brazos. La imagen fue más bien horripilante.

Toqué la puerta y la lámina de madera se vino abajo produciendo un gran ruido y una nube de polvo fue directamente a mi cara nublando la visión. En el armario, una vez despejados los humos del tiempo encontré vestidos de seda y gasa endurecidos por el barro como momias de mujeres en su sarcófago particular.

Al principio no me atreví a tocarlos. Temía que mis dedos deshicieran sus frágiles cinturas, sus pechos turgentes y sus brazos rectos. Pero los armarios tienen una magia muy difícil de resistir, con cuidado miré los bajos y no vi nada de interés, luego me decidí a palpar la parte alta y en principio solo encontré polvo, pero alzándome sobre la punta de mis pies logré avanzar un poco más y mis dedos alcanzaron a rozar la superficie de una caja revestida de seda. Busqué a mi alrededor y encontré un bloque de bahareque que me podría servir de andamio. Una vez logrado mi propósito descubrí con gran emoción una caja, efectivamente recubierta de seda, que alguna vez fue roja, un pequeño cofre. Lo tomé con cuidado, bajé de mi parapeto y me acerqué a la ventana para aprovechar la luz del atardecer. Lo abrí. Unos pétalos de rosa desteñidos y una argolla de compromiso cobraron vida en la palma de mi mano.

5 comentarios:

  1. Gladys, con tu habitual frescura nos deleitas la hora de la sobremesa estival en plena canícula.
    Preciosa la manera de llevarnos a las orillas de tu imaginación mezclada con la nuestra. Nos cedes tu mano para que pasemos a tu armario y en él podamos soñar con ese cofre y con el instante que hizo de él ese pequeño poema.
    Así me quedo...
    Gracias, pequeña hada
    ;-)

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  2. Está un poco sola esta casa. Yo pensaba que mi armario iba a cojer moho este verano. jejeje
    Gracias por tus palabras.

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  3. Qué texto lleno de sensaciones, Gladys. Casi pude sentir los vestidos viejos. Me recordó un armario que había en el teatro de mi escuela, contenía disfraces que no se habían usado desde los tiempos de mi madre. Fue muy grato traer ese recuerdo a mi memoria y pasearme por tus letras. Como siempre, todo un lujo.

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  4. Menos mal que apareciste Nofret. Ya estaba pensando que me había vuelto loca y hablaba con las paredes.
    Todos están de vacaciones, tostándose al sol y remojándose en aguas frescas, pero de vez en cuando, en medio de chapuzón y chapuzón pasan por aquí.
    Los espero renovados!!!!!!

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  5. Ya los atacará una medusa! jejeje! (envidia cochina en medio de una ola polar y a 500 kilómetros del mar) grrrrrrrr!

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