El árbol solo, sin más compañía que soles y vientos,
resistió las nieves del invierno y con las aguas de primavera, surgió de nuevo en
el alto páramo castellano.
Ya da sombra a los romeros de Santiago, pero vendrán duros
días de estío, días de polvo, sudor y cantimplora, cuando el otear del árbol en
el horizonte de velas al caminante, que suspira con descansar bajo sus ramas.
Tomar resuello, sacar un trozo de queso, comprobar que sabe a cielo y soñar despierto
con llegar a la próxima colina. Allí donde otro árbol le acerque un poco más a
su meta, que parece crecer con el ondular de las sementeras, como si el sendero
se alargase al ritmo de los vientos y Santiago estuviese al fin de las tierras.
Piedra
http://miguelbueno.blogspot.com.es/2013/06/al-arbol-solitario-camino-de-santiago_10.html
Todo un héroe solitario.
ResponderEliminarComo solitario anda este blog, al que siempre vengo con añoranza de tiempos mejores.
Es cierto, hicieron mutis por el foro y dieron la callada por respuesta, y así quedamos cómo dos náufragos nadando contra corriente.
ResponderEliminarBesos
Piedr
Saludos amigos.
ResponderEliminarHay árboles como las personas, aun estando solos, saben sobrevivir...
mil abrazos a todos