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Salud y fuerza

viernes, 17 de julio de 2009

Desde mi cama

Mi cielo es el techo pintado de azul, mis nubes, las desconchaduras de la pintura. No dejo de mirarlo desde mi cama, imagino que las nubes se transforman, ya son corderos retozando sobre la inmensidad o rostros amables de personas.
Pronto vendrá la enfermera con las medicinas en un plato que pondrá a mi derecha mientras ahueca las almohadas.
Escucharé su voz dulce, su aliento fresco, su aroma a bosque encantado. Las palabras saldrán de su boca como un ejercito aniquilando mi ansiedad. Sé que pronto saldré de aquí, lo que tengo no es grave y el médico me asegura que pronto podré volver con los mios. Y lo dice con una voz tan agradable que me lo creo, por un segundo pienso que eso que él llama mios, son una familia, unos hijos, unos sobrinos, unas hermanas y hermanos alborotando mientras preparamos los alimentos.
El no sabe que en mi casa sólo me espera el viejo sillón con la tela desgarrada y dos tazas desportilladas de té. Ah, no debo olvidar comprar una bolsa de té de frutos rojos, es el que más me gusta.

7 comentarios:

  1. Una maravilla; tan real como la propia vida.
    Expresiones
    Piedra

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  2. Me encantó, Gladys, ya te lo había dicho, pero te lo repito ¡me encantóoooo! y cuanto más lo leo, más me gusta.

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  3. Es mejor sola que mal acompañada... Como siempre socia, genial...

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  4. Y que lo digas amigo infernal... ahora más perdido que nunca. Dónde andas?

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  5. Gracias Piedra y Nofret. Aunque ya habiamos hablado de este texto, me gusta releer los comentarios porque me animan mucho.

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  6. Gladys, muy real. En estos momentos me encuentro de vacaciones y no dejo de mirar a un hombre que entre la multitud está completamente solo. Nadie le mira, nadie le habla, hay gente de todos lados del mundo hablando en todos los idiomas posibles, sin embargo él siempre permanece en silencio.
    Me has pintado un futuro mediano y tibio para él. Ahora le miraré con tus ojos.

    Gracias Milady

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  7. Enfero, la soledad es muy jodida, sin embargo, una vez que se asume no tiene porque ser tan mala, basta un poco de buena voluntad y una gran dosis de curiosidad para sobrellevarla de forma placentera y hasta enriquecedora.

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