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Salud y fuerza

sábado, 9 de enero de 2010

Una noche en el muelle...

Me encantan las noches despejadas, el negro profundo claudicando ante la claridad de la luna.
Estoy sentada en mi coche, en un muelle solitario, ante mi, el mar profundo, la noche, la luna y alguna que otra estrella. Es la inmensidad al alcance de mi mano, es el silencio magnifico.
Se oye una sirena.
Debe ser en la ciudad, pienso, la policía persiguiendo a alguien.
La luz azul de la patrulla me baña de repente. Se acerca el policía con sus andares a lo Pedro Navajas. – Matón de esquina – resuena en mi mente -.
-Documentación por favor.
Le entrego los papeles que guardo en una carterita divina, comprada en los chinos.
-¿Qué hace aquí?
Mirando la noche – le digo – ve usted la luna, fíjese en el camino que forma sobre el mar. Uno bien podría ponerse a caminar por ahí a ver hasta donde llega ¿verdad? Aunque en realidad, y para contestarle más claramente, le diré que estaba haciendo una especie de balance, ¿sabe? Porque vea usted, de hace un tiempo para acá no me importa nada, pero no es desidia o inconsciencia, es más bien lejanía, si, eso es, me encuentro lejos de todo y de todo el mundo, en una especie de frio universal. Ya está. Gracias a usted he logrado ponerlo en palabras. Siento frío humano, de la gente, de las cosas, de la política, de los ecologistas, de los malos, de los buenos, del amor, de los odios. Y me preguntaba, qué pasaría después, inmediatamente después de que fuera consciente de esa certeza.
-Si, a veces uno se siente así.
-¿Un trago? No me diga que está de servicio.
-Es que si me tomo un trago, me pongo a pensar y a hablar…
-De eso se trata. De compartir soledades.
-Bueno, venga uno de esos, que hace mucho frio y me están entrando ganas de ponerme a caminar sobre el agua. Pero antes de que empecemos tome la nota: Son doscientos euros por aparcar en sitio indebido.

11 comentarios:

  1. ¡¡Qué policía más egoísta, por Dios!! :(

    Gladys me hiciste reír con el final, tanto sentimiento en todo el relato y el policía la fastidió al final...jejjeje, pero así es la vida real, aunque yo tuve hace poco una experiencia con un policía que se portó muy bien. Lo agradecí en el alma.

    un besazo guapetona :9

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  2. Si es que mi socia tiene un ramalazo anarcogamberrotocacojonespecador, que repugnaría al mismísimo Dios, si existiese, que no es el caso.

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  3. Si, la maestría de los finales lleva el sello de Gladys, pero el texto no le va a la zaga.
    Una pena que en internet sólo se lean los textos cortos, podía dar para mucho más.
    Un abrazo
    Piedra

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  4. Gladys, me ha pasado lo mismo que a Espumilla. Poniéndome a todo en la inmensidad de la quietud en lo poco que merece la pena casi todo, cuando al llegar al final el poli sale con una machada, jajajajajja
    Muy buena y sorprendente.
    Cómo dominas...

    besotes en el cogote
    :-P

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  5. A tono, a tono...

    ... en la inmensidad de la quietud, (coma), en lo poco...

    :-S

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  6. Estimado Miguel Bueno, he de corregirte. La amiga Gladys es una muy buena escritora, quizás la que se dedica profesionalmente a ello de todos nosotros. He tenido el placer de leer cosas largas (al contrario que su socio Jimul, que las hace muy cortas) muy interesantes. Y el estilo que tiene es muy visual de guión de cine.

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  7. Gracias a todos por los comentarios.
    Deseo añadir mi opinión respecto de este cuento.
    Creo que a veces, y la literatura, afortunadamente nos lo permite, enfrentamos sin concesiones, los dos extremos del ser humano cosa, que al final nos escuece en el alma.

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  8. Jimul amigo infernal, me haces sonrojar. Gracias no solo por tu opinión, sino, y lo más importante: Leer mis desvaríos, jejeje

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  9. Ahhhh Espuma, retomando. Yo también he tenido buenas experiencias con la policía, sin embargo, no se por qué, siento una especie de desconfianza hacía esa institución, que se hace extensible a todo tipo de autoridad.
    Anarca que es una!!!!!

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  10. Enfero, ponte a pensar a quien más se le habría podido dar el papel del policía...
    jejejejeje

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  11. Gladys, en mi caso, este policía se apiadó de nosotros y no nos multó- tampoco es que fuera una multa por riesgo alguno, oye, pero no nos multó, y eso, a como está hoy en día la crisis, me alivió muchoooooo

    besos.

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