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Salud y fuerza

domingo, 23 de mayo de 2010

Ingenio de Maro




Quedó varado en tierra, proa a la mar, esperando un sueño que le lleve en nuevas singladuras a recorrer la mar de levante, para repartir el azúcar de sus entrañas por los puertos del Mediterráneo.
Tiene añoranzas de aquellos años en que los navíos genoveses venían cargados de sedas y especias del oriente para trucar por el jugo de la caña; años de riquezas y esplendor, mucho antes de que otros marinos llevasen la zoca de la caña dulce a tierras de ultramar y la competencia con la melaza americana se hiciera insoportable. Entonces no tuvo más remedio que apagar sus calderas y quedarse mirando el mar.

Hoy el ingenio de Maro levanta sus muros al cielo como un lamento, no reconoce que los navíos que le trajeron la riqueza de la India, bajo la bandera de la media luna sarracena, eran los mismos que con otras banderas llevaron la misma riqueza a las tierras americanas.
Cuenta la historia que fue el propio Cristóbal Colón, quien convencido de haber viajado a las Indias, llevó el cultivo de la caña de azúcar a las islas del Caribe.


“Desde 1640 llevaba el señorío y el ingenio azucarero de Maro D. Lucas Navío de la Peña, celebrado poeta que mereció ser premiado en el certamen literario que se celebró en Granada, el mes de septiembre del año de gracia de 1699, con las siguientes Octavas:

Quien compusiera, quien con mas decoro
Entonara, y en diestro contrapunto
Con plectro de crystal en cuerdas de oro,
Cláusulas dulces, á tan alto assunto,
A de la gloria el Imperial Tesoro,
A de la gracia el celestial trassunto;
Si he de ser de tus luces Coronista,
Glorioso un rayo de tu luz me assista.....”

Recogido por Alejandro Bueno en su Reseña Histórica de Nerja. 1907

1 comentario:

  1. Delicioso, así deberían ser los profesores de historia, así deberían enseñar. Unas letras lujosas, y por lo que sospecho, con carga genética.
    Un abrazo, Miguel.

    Chus

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