
Sus ideas siempre eran redondas. Jugadas perfectas se desarrollaban en un cruce neuronal sin fisuras. Y allí estaba él, esperando impaciente los grandes beneficios de un negocio inmejorable contemplado por su amplia visión comercial. Pero los números no cuadraban, había algo en la fórmula ideal que no había previsto. Allí mismo observó su ruina. Los socios exigiéndole el capital invertido. Ya no podría hacerse inmensamente rico. Llegó su fin.
Y allí estaba él, ante el mayor espectáculo que había soñado. Lástima que estuviese de cuerpo presente.
Lo vi!!!!
ResponderEliminarLos amigos lo llevaron al partido después de muerto. Si eso no es surrealismo, apaga y vámonos.
Qué cosas pasan en tu pueblo, Gladys. No me extraña que vivas en el segundo lugar más surrealista.
ResponderEliminarCuantas vueltas da la pelota para no quedarse en el mismo tejado.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
"Pero los números no cuadraban, había algo en la fórmula ideal que no previsto."
ResponderEliminarYo como siempre, de mosca coj.....
Esto te pasa por correr, camarada. Acuérdate que las cosas te tratarán como las trates tú a ellas. Y no digo más. Hala.
:-P