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Salud y fuerza

lunes, 11 de mayo de 2009

Prólogo de un epílogo

...te comprendí antes
de que te anunciaran,
hasta podría concretarte
el cuándo, y el cómo...

El cielo, sobre Madriz,
era la obra maestra
que Boccherini escribió
hace tiempo en sus notas,
los violetas, y los naranjas,
se cortejaban dentro
de un atardecer inmenso
que no tenía prisa alguna
por dejar de ser,
fue entonces cuando
tu silencio me llamó
sin interrumpir
el ritmo vivo de la calle,
ahí ya te supe cerca,
y te reconocí compañera,
y todo lo que me rodeaba
se quedó para siempre,
y me pareció tan breve a la vez.

...eres inversamente a mí,
tú creces mientras
yo me desgasto sin remedio,
te apropias de mi tiempo,
y sin pudor alguno,
me recuerdas que serás
la única seguridad
que tenga a partir de ahora,
no tienes necesidad
de encerrarme dentro
de tu silencio eterno,
no puedo escapar de ti,
y te recreas en esa suerte...

"Prólogo de un epílogo"
© Pokit in a pocket. chus alonso díaz-toledo.

3 comentarios:

  1. No es lo mío la poesía, pero tiene meollo este Prólogo de un Epilogo. Encima el título es muy sugerente. En fin, sino fuera porque eres un niño repelente te felicitaría con una tableta de chocolate negrísimo...

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  2. El epílogo muy duro, pero generalmente es la pura realidad. La mujer tiene una vida más larga y mantiene su fortaleza durante más tiempo. Una historia que resume en unos versos toda una vida. Gracias por darnos a disfrutar algo tan bello. Expresiones.
    Piedra

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  3. Letras de miel y de hiel. Así es la historia, así la vida y así lo versos. Gato, te superas cada día.
    Besos borrascosos

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